RAFAEL HERNÁNDEZ . Pte. Comisión Cooperación al Desarrollo. CRUE

“Desde el año 2000 ha habido un proceso imparable de compromisos universitarios con la cooperación al desarrollo”

La ULPGC acogió recientemente las Jornadas de Cooperación al Desarrollo con el objetivo de despertar la sensibilidad de la comunidad universitaria y sociedad en general para que se comprometan activamente en la mejora de las condiciones de vida así como para que los Derechos Humanos más básicos sean respetados en todos los lugares del mundo. En ellas se hizo especial hincapié en el papel que juegan las instituciones universitarias, tal y como explicó el Presidente de la Comisión de Cooperación Universitaria al Desarrollo de la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas, durante su ponencia ‘Las Universidades españolas como actores en cooperación al desarrollo’ .

1. ¿Nos podría explicar cuáles son los objetivos básicos que se marca la Conferencia de Rectores de Universidades Españoles a través de la Comisión que usted preside sobre cooperación al desarrollo?

En esta comisión participan más de cincuenta universidades españolas para armonizar las actuaciones de todas, de tal manera que podamos aprovecharnos de las expeirncias y buenas prácticas que hacen algunas de las universidades, para evitar errores por falta de madurez o de información. Casi todas las universidades han tenido un proceso interno de compromiso institucional, con inte´res en hacer una cooperación al desarrollo de calidad, y hay expeierncias muy heterogénenas, que se exponen en estas comisiones para tratar los temas de manera muy constructiva.

2. Entre las herramientas que maneja esta comisión está el Observatorio de Cooperación Universitaria al Desarrollo. ¿Cuál es su función?

Es un instrumento que elaboramos por consenso todas las universidades. Es una herramienta técnicamente diseñada con un objetivo de comunicación. Por un lado, para que puertas adentro, las universidades conozcan lo que estamos haciendo y puedan tener convenios de colaboración entre ellas y generar sinergias en proyectos comunes. Y, por otro lado, nos sirve de escaparate exterior; es decir, que los demás actores de la cooperación conozcan lo que hacen las universidades y que vean qué valor añadido pueden aportar las universidades en aspectos muy concretos de colaboración. Y también, nos permite que las universidades españolas puedan tener este escaparate de cara a otros organismos, en un momento dado, como organismos internacionales, a efectos de investigación y de innovación. Se trata también de un instrumento de gestión, con el objeto de que la sociedad pueda apoyarse en esta herramienta para gestionar proyectos.

3. Porque la cooperación desde el ámbito universitario se desarrolla desde varias vías: la investigación, formación, voluntariado, etcétera, para ayudar al desarrollo en otros países.

Si, hay varios planos fundamentales de la actividad universitaria en cooperación. Y es, por un lado, todo el sector de innovación e investigación, a lo que va unida la tarea de transferencia de tecnología, porque somos vehículos capaces de aplicar conocimientos para resolver problemas que tienen que ver con infraestructuras, políticas de aguas… Además, a universidad española tiene un millón y medio de estudiantes, que es un sector de la población que se integra luego en el tejido productivo y que se recicla continuamente. Entonces la tarea de sensibilizar a este colectivo también es muy importante desde la dirección de las universidades.

 4. ¿Cómo se percibe a la ULPGC en la Comisión de Coioperación al Desarrollo de la CRUE?

Creo que la ULPGC, en estos momentos, es muy dinámica. Dispone de un equipo de dirección muy comprometido con la cooperación al desarrollo, además es una universidad que de forma inmediata toma iniciativas, y creo que tiene una situación magnífica en este campo.

5. De modo general, ¿se ha detectado que las universidades españolas en la actualidad prestan más atención a la cooperación al desarrollo dedicándole más espacio y financiación?

Si, desde el año 2000, momento en el que los rectores se organizaron en torno a la CRUE, se aprobó un documento de estrategia de cooperación universitaria al desarrollo, y desde esta fecha ha habido un proceso imparable de compromisos, de recursos, de masa crítica de profesores e investigadores. Todavía es un terreno heterogéneo, asimétrico, pero el avance en estos últimos nueve años es claro: se ha madurado más en cooperación al desarrollo que en todos los años anteriores.