INÉS SÁNCHEZ. Dir. Mujer y Ciencia. Ministerio de Ciencia e Innovación

“No puede haber una ciencia de calidad si no se elimina el tratamiento desigual a las mujeres”

La Directora de la Unidad de Mujer y Ciencia del Ministerio de Ciencia e Innovación de España, un área recientemente creada para eliminar las posibles desigualdades de género en la carrera científica, ha participado en un Seminario organizado por la ULPGC y la Fundación Universitaria en el que se abordaron las diferencias de género en el mundo laboral e investigador.

1. El objetivo del Seminario ha sido mejorar la visibilidad de las mujeres en la ciencia. ¿Es una realidad que a las mujeres no se les ve?

Más de la mitad del alumnado de las universidades españolas son mujeres, y además sacan mejores notas. El problema se manifiesta después, una vez que se entra en el mercado laboral y en la carrera académica, que es donde las mujeres empiezan, progresivamente, a desaparecer. De tal manera, que en la parte más alta de la carrera académica, que son los catedráticos, sólo el 14% son mujeres. Es una situación que ocurre en todos los países, tal y como demuestran muchos estudios.

2. ¿Y esta situación también se refleja en la carrera investigadora?

Absolutamente. Esto también ocurre en la financiación de esta investigación, en la distribución de recursos dentro de las universidades, en muchos parámetros que tienen que ver con la carrera investigadora. Hay estudios americanos que demostraron que en determinadas universidades los hombres tenían más espacios físicos y más laboratorios para trabajar que las mujeres, obtenían mayor financiación para proyectos, tenían menor carga docente, más acceso a premios y reconocimientos, etcétera. En Europa, un informe también ha cuantificado estos aspectos en las universidades europeas.

3. ¿Y se ha detectado cuál es el problema de base?

Es cierto que muchas mujeres tienen una actitud menos competitiva en el mundo laboral, y hacen más trabajos de colaboración, y no lideran proyectos, y hay mujeres que dan más importancia a facetas de la vida personal que la laboral. Pero estos son roles estereotipados, que ya no son la generalidad. Pero este no es el factor principal, hay otros dos. Uno de ellos es que actualmente las mujeres todavía asumen la mayor parte de las responsabilidades familiares, ya sea el cuidado de hijos, como el de los mayores, y los hombres no han asumido esta faceta. Y todavía no disponemos de muchas infraestructuras públicas de apoyo a esa conciliación de la vida familiar y profesional, y la carrera científica tampoco reconoce el tiempo dedicado a esta faceta familiar en el sector de las mujeres. Y esto es una desventaja, para las cuales ya se han puesto medidas en marcha, para no obligar a elegir a una mujer entre una carrera científica y su decisión de ser madre, por ejemplo. Y es que hay un hecho comprobado si se miran las estadísticas de las mujeres investigadoras en los países en los que existe una buena infraestructura de apoyo familiar a las mujeres y que además han incorporado un ‘parón’ del reloj de la función científica en los años en los que las mujeres tienen hijos: las mujeres con hijos son más productivas, científicamente hablando, que las que no tienen. Y otro de los factores es el número de apoyos que encuentra el hombre en su vida personal y en su vida laboral para desarrollar su carrera científica, y que las mujeres no tienen, y a eso se suman pequeños inconvenientes y obstáculos diarios que no permiten que las mujeres avancen en su vida profesional o que se les de un trato desigual.

4. Desde hace poco menos de un mes usted dirige la Unidad de Mujer y Ciencia del Ministerio de Ciencia e Innovación español. ¿Se ha marcado alguna estrategia para desarrollar en los próximos meses?

Ya existe mucho avanzado a nivel europeo. En Europa se han marcado directrices desde el año 1999, con una Unidad de Mujeres y Ciencia, y nuestra unidad, recién creada por el Ministerio de Ciencia e Innovación, responde a ese mismo modelo, es una réplica a nivel nacional de la unidad europea. Nuestro cometido es llevar políticas de género para eliminar el tratamiento desigual que reciben las mujeres en su carrera científica. Se pretende que el mismo mérito se reconozca de igual manera. Porque no puede haber una ciencia de calidad si no se consigue eliminar el tratamiento desigual a las mujeres, porque la mitad del talento humano es femenino. Y si no se consigue que las mujeres con talento ocupen puestos de responsabilidad y de producción científica proporcional, estos puestos estarán ocupados por personas con menor capacidad, y esto es perjudicial tanto para la ciencia como para toda la sociedad, porque la ciencia se hace para mejorar la sociedad.

5. Y quién ciencia es importante, porque también es importante para quién se hace la ciencia, ¿no?

Efectivamente. Mira, hasta los años 90 los experimentos clínicos y ensayos de medicamentos se hacían solo con hombres, y la razón era porque una mujer podía estar embarazada en cualquier momento y un experimento de éstos podía dañar al feto. Y esto ha tenido consecuencias perversas para la salud femenina, porque los hombres y las mujeres no somos iguales biológicamente. Como fue el caso del tratamiento de dolencias cardiacas, donde se trató a mujeres y hombres a diario con la toma de aspirinas, y luego se demostró que los efectos negativos de este medicamento tenían muchos perjuicios para las mujeres, y no para los hombres. Y esto ha supuesto un resultado negativo en la ciencia. Como consecuencia de estos resultados, en Estados Unidos, una ley del Gobierno federal, ha obligado a que todos los experimentos clínicos se hicieran en hombres y mujeres, y se hizo especial hincapié en que no se declara como causa justificativa para no hacerlo en mujeres el que no hubiera presupuesto para ello. Y esto es lo que se llama introducir la perspectiva de género en el contenido de la ciencia.