Entrevistamos a
RAFAEL MONTENEGRO. Coordinador del SIANI-Ingeniería Computacional
“Si no se invierte bien en jóvenes investigadores, retrocederemos el camino avanzado en 30 años”
“Si no se invierte bien en jóvenes investigadores, retrocederemos el camino avanzado en los últimos 30 años”
En el Acto de Investidura de Doctores celebrado recientemente, el Grupo de Investigación SIANI-Ingeniería Computacional ha sido reconocido por su larga y fructífera trayectoria universitaria. Este grupo de expertos en distintas disciplinas de la Ingeniería que trabajan ‘mano a mano’ es, sin duda, uno de los referentes internacionales de la ULPGC.
1. El Grupo de Investigación SIANI-Ingeniería Computacional ha sido reconocido por la ULPGC por su trayectoria universitaria. ¿Con qué objetivos nace el SIANI y cuántos profesionales trabajan en sus diferentes divisiones de investigación?
El marco institucional de trabajo, y de soporte a la actividad del grupo, lo aporta el Instituto Universitario de Sistemas Inteligentes y Aplicaciones Numéricas en Ingeniería que dirige el profesor Antonio Falcón. El Instituto Universitario SIANI ha apostado desde su creación por los valores de excelencia y de servicio a la sociedad que lo crea. Estos valores han sido percibidos como fundamentales por todos miembros del SIANI y son trasmitidos en sus actuaciones. De este compromiso participa una plantilla cualificada, compuesta por unos 50 investigadores formalmente adscritos, incluyendo 9 catedráticos de universidad y 17 profesores titulares, o catedráticos de escuela universitaria, expertos en distintas disciplinas del ámbito de la Ingeniería. Con este personal colabora de forma temporal becarios y alumnos de Tercer Ciclo, además de investigadores visitantes pertenecientes a otros Centros de Investigación con los que se mantienen relaciones y proyectos conjuntos.
2. ¿Cómo valora este reconocimiento de la ULPGC? ¿Qué cree que se ha premiado?
Nos motiva que se nos reconozca un esfuerzo colectivo. Pero en cualquier caso, hay que tomar este reconocimiento en su justa medida, siendo consciente de nuestros logros, pero también de nuestras limitaciones. En el SIANI tenemos que seguir trabajando en esta línea. Siendo franco, no sé exactamente qué parámetros se han usado para el reconocimiento por la trayectoria universitaria del grupo. No es fácil hacer una valoración global de tantas personas, y podrían plantearse diferentes criterios. Supongo que la Universidad se ha basado en los datos de historial de grupo (sexenios, producción científica, proyectos financiados, doctorado con mención de calidad, máster oficial,…) que actualmente son considerados por el Consejo de Gobierno para la asignación presupuestaria anual.
3. La ULPGC es un referente nacional en el área de Ingenierías. ¿Qué trabajos han sido los más destacados en el SIANI en esta área?
Varios centros del área de Ingenierías son los más antiguos de esta Universidad y por tanto han tenido más tiempo para desarrollarse tanto a nivel científico, como a nivel de proyectos de investigación, desarrollo e innovación. Actualmente en el SIANI se desarrollan trabajos enmarcados en el campo de la Ingeniería Computacional, es decir, la utilización del ordenador para modelar los sistemas complejos, interpretarlos y aportar soluciones a los problemas de ingeniería en general. Se pueden destacar trabajos sobre optimización y fiabilidad de procesos, la plataforma Platea 4D para gestión de alertas o simulación de procesos medioambientales, visión por computador, interacción hombre-máquina, minería de datos, robótica, software, domótica, docencia on-line, simulación de mercados de energía, simulación numérica de estructuras, campos de viento, contaminación acústica, marina o atmosférica y radiación solar.
4. La interacción de distintos profesionales de la ingeniería, computación, matemáticas e inteligencia artificial en torno al desarrollo de proyectos en el SIANI, ¿es la muestra evidente de que la investigación debe aglutinar distintas áreas de conocimiento para ser útil y aplicada?
Efectivamente, nuestro grupo de investigación parte de una base de colaboración interdisciplinar. Está demostrado que esto es un acierto, ya que por un lado permite maximizar el uso y la eficiencia de los recursos, y por otro lado enriquece las actividades de cada equipo facilitando la transferencia de conocimiento, procedimientos, herramientas y aplicaciones. Esta variedad es un valor que abre un abanico amplio de áreas de investigación y desarrollo, y en consecuencia se protege y se estimula. Los problemas se pueden resolver mejor cuando se conjugan diferentes puntos de vista.
5. ¿Cuál es el nivel de la investigación en la ULPGC? ¿Cree que se ha incentivado esta área con nuevas propuestas de la dirección de la Universidad en el Parque Científico Tecnológico?.
Si se califica globalmente la investigación en la ULPGC, hay que reconocer que obtendría un “debe mejorar” y un “no progresa adecuadamente”. No obstante, también habría que decir que en nuestra Universidad trabajan investigadores que a nivel individual o a nivel de grupo poseen un gran prestigio internacional. En mi opinión, esta situación se debe a que la mayoría de los investigadores de esta Universidad han tenido que realizar un esfuerzo adicional con respecto a otras Universidades que tenían grupos de investigación consolidados y financiados desde hace décadas. Aquí, la mayoría hemos tenido que partir de cero, empezando por crear las líneas de investigación, formando personas con el apoyo de grupos externos y finalmente pasando a consolidar los grupos tras mucho trabajo de integración. Creo que el problema de la escasa productividad investigadora es que ha habido profesores que no han estado dispuestos a hacer este sobreesfuerzo o no han recibido el apoyo suficiente, con lo cual la calificación global es media-baja. No hay que olvidar que en investigación se compite con todo el mundo y por tanto se trata de una labor compleja, por específica que sea la línea de investigación.
También opino que “no progresa adecuadamente”. Recientemente se ha acentuado el concepto de innovación, amparado bajo la investigación, pero totalmente desligada de ésta. Es decir, se invierte en contratar personas jóvenes que trabajan sin ningún tipo de dirección científico-tecnológica y sin ninguna intención de realizar su tesis doctoral. El efecto que se está produciendo en la política científica canaria es que bajo financiación, que debería ser finalista para dedicar a la investigación, se están cubriendo puestos de trabajo en empresas cuyos resultados, y la necesidad de los mismos, pueden ser cuestionables. Como consecuencia, existe en la actualidad un déficit de jóvenes que estén dispuestos a desarrollar una tesis doctoral, que aporta riqueza sostenible a medio plazo con la incorporación de expertos al mercado. Les resulta más atractivo conseguir otro tipo de trabajo inmediato con un menor esfuerzo académico. Por todo esto, mi visión de cara al futuro no es del todo optimista.
Si no se invierte adecuadamente en personas jóvenes que quieran investigar, salvaguardando así nuestro relevo generacional, entonces el camino avanzado en los últimos 30 años podría retroceder al punto de partida. En todo el proceso es imprescindible evaluar y apoyar el esfuerzo de aquellos jóvenes que empiezan, así como de aquellos que realmente producen conocimiento de manera continuada. Los parámetros válidos para la evaluación investigadora todos los conocemos. El sentido común no puede ser anulado por intereses particulares.