Entrevistamos a
PEDRO BETANCOR. Medalla al Mérito en el Trabajo
“He trabajado por una sanidad y una universidad que considero indisolubles”
“He trabajado por una sanidad y una universidad que considero indisolubles”
Es Catedrático de Medicina y especialista en Medicina Interna. Fue fundador de los estudios de Ciencias de la Salud de la ULPGC, y, de hecho, fue el primer decano de este centro, que agrupa los estudios de Medicina, Enfermería y Fisioterapia. En la actualidad continúa en activo, tanto en el campo de la docencia como en el área médica. Por tanto no es de extrañar que el Gobierno de España le haya otorgado la Medalla al Mérito en el trabajo. Y es que sus compañeros de trabajo destacan de este profesional su profundo espíritu universitario y ser un referente en la medicina de Gran Canaria.
1. El Premio al Mérito al Trabajo suele otorgarse a aquellos profesionales cuando ya están jubilados. No es su caso. ¿Cómo lo valora?
El Premio es un reconocimiento que valoro mucho, porque se otorga a muy pocas personas, y se propone desde el Ministerio de Trabajo, pero que se aprueba en Consejo de Ministros. Se otorgan entre 20 y 30 reconocimientos de esta categoría al año en toda España, y de hecho, habitualmente se otorgan estos premios a personas ya jubiladas y que han destacado porque la repercusión de su trabajo ha sido ejemplarizante. En este caso, para mi ha sido una sorpresa, en primer lugar, porque no creo que haya trabajado tanto, y en segundo lugar, porque estoy en activo todavía, y espero que por algunos años más. Por lo tanto, y teniendo en cuenta de donde procedo (Mogán, 1946), para mi es un reconocimiento importantísimo.
2. ¿Por qué cree que ha sido merecedor del Premio?
Supongo que porque he trabajado por una sanidad y una universidad que considero indisolubles, para que sean mejores, más humanas, más libres. De hecho, este reconocimiento no es sólo para mí, sino también está dedicado al trabajo de mucha gente que lo ha hecho conmigo. Este reconocimiento es uno de los momentos más emotivos de mi vida, porque no estaba previsto que un niño de la Playa de Mogán, que no conoció la luz eléctrica o el agua corriente hasta los diez años, llegara a ser el primer universitario de su familia, por la cabezonería de ser médico. Este hecho, estoy convencido, que abrió el camino a otros niños del pueblos, que siguieron mi ejemplo.
3. Su vinculación a la ULPGC es desde sus inicios. De hecho usted fue el primer decano de Ciencias de la Salud
Si, fui el primer decano, el primer Director del Colegio Universitario, Director del Hospital Insular en dos ocasiones, y en una de ellas, fue cuando el hospital estaba en crisis y me nombraron, simplemente, para arreglar esa crisis, ya que nadie quería ser Director. En ese momento, además, simultaneé la Dirección del Colegio Universitario con la del Hospital para poder endosárselo a la Seguridad Social. Y al final logramos que fuera el primer Hospital que asumió el Sistema Nacional de Salud. La verdad es que he tenido el privilegio de trabajar en lo que me ha gustado. Creo que la ventaja que tenemos los docentes clínicos es que, podemos llevar a cabo labores de gestión en un momento determinado y que, tras esta etapa, podemos volver de nuevo a lo que realmente nos gusta.
4. ¿Y cómo vivió los comienzos de Ciencias de la Salud en la ULPGC?
En aquel entonces, yo era el único catedrático Medicina que estaba aquí, en la Isla, cuando se crea la ULPGC. Yo había obtenido plaza en Madrid y decidí venir a Gran Canaria porque consideré que era mi obligación poner en marcha la Facultad de Medicina. Posteriormente, en el año 1994, me presenté a una plaza del Hospital Gregorio Marañón, que también obtuve vinculada a una Cátedra de la Universidad Complutense, y también decidí que era más útil aquí que en Madrid. Pensé que en Madrid éramos un montón de catedráticos y que en Canarias éramos muy pocos, y que mi obligación era quedarme aquí.
5. Y actualmente, ¿cómo valora el desarrollo de esta Universidad, tras 20 años desde su creación?
Es una universidad, teniendo en cuenta a la ciencia y al desarrollo de la universidad, que yo no diría que está terminada, y que está, y debe estar siempre, haciéndose y creciendo. Desde luego, desde que comenzó hasta ahora, el resultado es impresionante. Antes teníamos un enorme problema, porque no había profesores, no había doctores, y en todo eso hemos avanzado muchísimo, pero no debiera dejarnos satisfechos y tenemos que ser autocríticos y seguir mejorando.