MARIO VARGAS LLOSA. Escritor. Doctor Honoris Causa de la ULPGC

“La Universidades también deben formar a personas que ejerzan la crítica”

El pasado 18 de mayo, el escritor y Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa recibió en el Paraninfo Universitario, su nombramiento como Doctor Honoris Causa de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. El escritor hispanoperuano se reunió el día previo a su investidura con estudiantes y docentes de la ULPGC en el Campus de Humanidades de la ULPGC, para reflexionar junto a ellos en torno a su vida, la literatura y la coyuntura mundial actual.

1. ¿Cómo valora que la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria lo nombre Hijo Predilecto y la ULPGC le otorgue el reconocimiento de Doctor Honoris Causa?

Estoy muy honrado por estas distinciones, y especialmente agradecido a la ULPGC por investirme Doctor Honoris Causa. Porque sé que no sólo se trata de un reconocimiento generoso, sino de un mandato que implica una enorme responsabilidad, que asumiré con toda seriedad. Hace muchos años que vengo a Canarias y muchos de mis mejores amigos son de este Archipiélago. Porque Canarias es España pero también es parte de Hispanoamérica, por eso aquí me siento como en casa.

2. La ULPGC, entre el programa de actividades que ha organizado con motivo de su visita, ha incluido la puesta en escena de la obra de teatro escrita por usted, ‘Odiseo y Penélope’, que estará protagonizada por el Taller de Teatro de la ULPGC, integrado por estudiantes. ¿Qué significa esa obra para usted?

En su inauguración yo participé como actor, en su momento. Y fue una experiencia muy bonita, arriesgada y temeraria, porque no sólo escribí esta adaptación de la Odisea, sino que me atreví a subirme al escenario para actuar. Y fue una experiencia enriquecedora, porque me supuso vivir la ficción, después de dedicar toda mi vida precisamente a eso, a escribir ficciones.

3. Su último ensayo, ‘La civilización del espectáculo’, ha generado polémica en distintos foros sociales y culturales. ¿Qué le parece?

Es un libro que propicia la polémica y el tema que se toca en ese ensayo es un tema que debe preocupar a todo el mundo al que le interese la cultura, y que ve que la cultura también está experimentando una crisis. Es, por tanto, la razón de ser de este libro, que no tiene muchas pretensiones, sino describir con algunos ejemplos cómo en los últimos 50 años el concepto de cultura ha cambiado de naturaleza, se ha extendido. Y creo que este proceso ha servido para trivializar lo que llamamos cultura.

4. ¿Cómo valora la función actual de las universidades?. ¿Cree que las universidades cumplen con la función de preparar humanísticamente o están derivando hacia la profesionalización de sus estudiantes, para prepararlos para el mercado laboral?

Creo que la educación humanística es prioritaria en el mundo entero. Y que los sistemas educativos no han priorizado esta educación al mismo ritmo, por lo que en muchos casos se percibe un desfase entre el sistema educativo y la compleja realidad social, económica y política. Y la realidad es que nuestro sistema educativo necesita ponerse al día y a la altura de los reclamos de este mundo que está continuamente transformándose por el efecto de la globalización, por la extraordinaria revolución de las tecnologías y por el contexto de la crisis financiera. Y en mi último ensayo critico, precisamente, a quienes sostienen que las Humanidades son un lastre o un lujo prescindible en este mundo, en el que lo prioritario es formar parte de un mercado laboral. Creo que la educación que no incluya una formación integral, humanista, puede crear un mundo robotizado en el que lo primero que podría desplomarse es la democracia.

5. ¿Cómo percibe a los jóvenes actualmente, a los estudiantes?

Precisamente por lo que comentaba antes es tan importante en estos jóvenes inculcar la formación humanista. La Universidades no sólo pueden ser una ‘fábrica’ de formar a profesionales, sino también deben formar a personas que ejerzan la crítica. Y en este sentido creo que las universidades deben estimular la inquietud cívica y política de los estudiantes, dentro de los canales adecuados. No creo en las universidades asépticas que se abstienen de preocupaciones que tengan que ver con lo cívico y lo político, aspectos fundamentales en la integridad de cualquier ciudadano.