SENÉN BARRO. Presidente RedEmprendia

“ Un sistema universitario que no apueste por la heterogeneidad no será próspero”

“Es un universitario comprometido con la Institución y con su país”. Así lo definió el Rector de la ULPGC durante el Acto de Investidura de Doctores de la ULPGC, donde el catedrático de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial, Senén Barro, ofreció la conferencia ¿Hay vida después del Doctorado?. El profesor Barro ha sido Rector de la Universidad de Santiago de Compostela y en la actualidad preside la Red Universitaria Iberoamericana Emprendia.

1. Su conferencia en el Acto de Investidura de Doctores de la ULPGC lleva por título ¿Hay vida después del Doctorando? Suponemos que es una pregunta que se harán muchos de los recién doctores universitarios. ¿Cuál sería la respuesta en el actual panorama educativo y económico?

La conclusión es que hay toda la vida que los nuevos doctores y doctoras estén dispuestos a vivir. El contexto socioeconómico actual es desfavorable, no cabe duda, pero hablamos de personas con una excepcional preparación, no sólo para la investigación sino para el ejercicio profesional en general y el emprendimiento empresarial. En particular en los ámbitos que se sitúan en las fronteras del conocimiento y el desarrollo tecnológico, que son aquellos que nuestros nuevos doctores conocen más y mejor. Son momentos de dificultades para todos, pero sobre todo para los menos preparados, y son momentos de oportunidades, pero fundamentalmente para quienes las busquen y tengan la formación adecuada para aprovecharlas.

2. Usted preside RedEmprendia, una red universitaria iberoamericana. ¿Quiénes son sus miembros y con qué objetivos se desarrolla?

En la actualidad está formada por 20 universidades iberoamericanas de 7 países (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, España, México y Portugal), Universia y Banco Santander, que a través de su División Global Santander Universidades hace una muy importante labor de mecenazgo y de respaldo de las actividades de RedEmprendia. Nuestra Red busca promover la transferencia de conocimiento, el desarrollo tecnológico, la innovación y el emprendimiento responsable, convirtiéndolo en un eje de actuación estratégico del Sistema Iberoamericano del Conocimiento. Nuestra Red quiere contribuir al desarrollo de la sociedad y la mejora de su calidad de vida, impulsando una economía responsable, comprometida social y ambientalmente. En esta apuesta somos ya el primer agente universitario en el ámbito iberoamericano.

3. ¿Cree que el actual sistema económico y la crisis que afecta a todo el mundo puede ser una ‘oportunidad’ para los emprendedores?

Siempre hay oportunidades para quien las busca y está capacitado para verlas. Los emprendedores son, por definición, personas que no se bloquean ante el riesgo y las dificultades y si están bien preparados y tienen el apoyo necesario son capaces de superar con éxito esas dificultades. Eso no significa que la situación económica de España sea buena para los emprendedores. De entrada, el porcentaje de personas en edad de trabajar que perciben buenas oportunidades para iniciar un negocio en el lugar donde viven, ha ido bajando significativamente en la última década. Sin duda la crisis es la causante de esta situación. Por un lado rebaja la percepción de oportunidades y por otro aumenta la necesidad de emprender. No es éste, en general, el emprendimiento más productivo, ni el que genera más empleo. Normalmente los negocios más innovadores surgen de ver y crear oportunidades y no de responder a necesidades. Precisamente por ello cobra todavía más importancia no esperar a que los emprendedores surjan de situaciones socioeconómicas difíciles sino ir creando un contexto, sobre todo cultural, social y educativo, que incentive el emprendimiento. En definitiva, debemos facilitar la necesidad de emprender pero también promover la oportunidad de hacerlo.

4. ¿Cree que la Universidad en España fomenta el emprendimiento? Y en caso de no ser así, ¿cuáles serían los pasos a seguir para conseguirlo?

La Universidad nació como institución formadora, y ésta sigue siendo su primera y más exclusiva responsabilidad. En su faceta formadora vemos la intención de cultivar aptitudes y actitudes, pero no se aprecia tanto la preocupación por formar a nuestros estudiantes para la acción, ni en particular para emprender. Precisamente, es a “atreverse a actuar” a lo que debemos preparar y lo que debemos estimular en nuestros jóvenes. Si no aprecian el valor de actuar y no aprenden a hacerlo en su juventud, incluso mucho antes de llegar a la Universidad ¿cuándo esperamos que lo hagan? Para ello la Universidad debe cambiar radicalmente su “modus docendi”. De hecho, todavía estamos más preocupados por mejorar la enseñanza que por mejorar el aprendizaje y por ser más rigurosos en los procesos de evaluación de nuestros estudiantes que en nuestro trabajo como docentes. Creo que en cierto modo debemos anticipar una Universidad “postBolonia”, antes de que la Universidad del Espacio Europeo de Educación Superior se caiga por su propio peso. Se trata de formar para la acción, enseñando al alumno a marcarse propósitos y a querer afrontarlos, lo que no es tarea fácil, bien es cierto.

5. ¿Sobran universidades en España como algunos insinúan? ¿O el sistema universitario debe adaptarse a las nuevas circunstancias sociales y económicas? ¿O existe alguna alternativa distinta a las dos anteriores?

Somos uno de los países europeos con una menor ratio de universidades públicas por habitante, con casi un millón de personas por universidad, al contrario de lo que se dice con tanta insistencia como con falta de rigor. Lo que hay es una falta de diferenciación entre nuestras casi ochenta universidades, todas ellas con una gran homogeneidad de perfil estructural, docente e investigador. De igual modo que una economía formada por empresas que ofrezcan productos indiferenciados no será próspera, tampoco lo será un sistema universitario que no apueste por la heterogeneidad y complementariedad de sus elementos. Sin embargo, experiencias que iban en la línea de la especialización y la excelencia, como el programa de Campus de Excelencia Internacional, se han poco menos que abortado, y no parece que en el horizonte tengamos otras apuestas en este sentido.