Entrevistamos a
MAXIMIANO TRAPERO. Premio Canarias 2017 de Patrimonio Histórico
“El patrimonio lingüístico no es menos patrimonio que el otro, el tangible”
“El patrimonio lingüístico no es menos patrimonio que el otro, el tangible”
El catedrático de Filología de la ULPGC, Maximiano Trapero, ha sido galardonado, el pasado 30 de mayo, con el Premio Canarias 2017 de Patrimonio Histórico. Este reconocimiento se suma al de
otros profesores e investigadores de la ULPGC que ya han sido reconocidos con el Premio Canarias en ediciones anteriores: los catedráticos Roberto Moreno Díaz y Antonio Fernández Rodríguez, en la modalidad de investigación; el catedrático Antonio Ramos Gordillo, en la modalidad de Deportes; el musicólogo y ex Presidente del Consejo Social de la ULPGC, Lothar Siemens, también en la modalidad de Patrimonio Histórico; o el compositor y director del Aula de Música de la ULPGC, en la modalidad de Bellas Artes.
1. ¿Cómo valora este reconocimiento del Gobierno de Canarias tras tantos años de investigación en torno la lingüística canaria y a sus tradiciones?
El Premio Canarias es el máximo reconocimiento por parte del Gobierno de Canarias y, por tanto, haberlo recibido por una actividad desarrollada profesionalmente durante tantos años me llena de satisfacción porque reconoce la tarea realizada.
2. El premio le ha sido otorgado en la modalidad de Patrimonio Histórico, que a veces se presume que tiene más que ver con alguna actividad relacionada con el patrimonio material, no con ese que es más intangible…
Eso es verdad. Pero el patrimonio lingüístico no es menos patrimonio que el otro, el tangible. Y si miras la nómina de los premiados por el Gobierno de Canarias en la modalidad de Patrimonio Histórico, fundamentalmente está compuesta por historiadores, arqueólogos… Es decir, por gente que ha trabajado sobre el patrimonio material de Canarias. Mis investigaciones, por el contrario, han estado centradas en ese patrimonio que llamamos inmateral, que se fundamenta, sobre todo, en la lengua y en los productos literarios populares hechos con esa lengua: el romancero, el cancionero, la toponimia…
3. Usted sigue vinculado a la ULPGC como catedrático emérito. ¿Qué satisfacciones le ofrece estar todavía vinculado al mundo universitario?
Yo he sido muy afortunado, porque desde mi condición de filólogo y docente he podido desarrollar esa misma pasión filológica en el ámbito de la investigación y he combinado bastante bien las dos actividades, la docencia y la investigación. Más aún, me ha permitido llevar los resultados de la investigación a la docencia.
4. Y de todas sus investigaciones, ¿cuáles cree que deben y pueden tener una continuidad en futuros investigadores, y en la docencia que se imparta en la Universidad? O para que perduren ciertas costumbres y tradiciones en este Archipiélago.
Gracias a las investigaciones que he desarrollado en torno a costumbres y tradiciones he formulado asignaturas optativas o cursos de doctorado y, por lo tanto, mis alumnos han podido conocer esa faceta de la cultura canaria que normalmente no está en los libros. Ahora, la pervivencia de las tradiciones culturales creo que no dependerán de unas investigaciones, ni de las publicaciones de algunos libros. Esas tradiciones están un poco al margen de la investigación. Pero valoro especialmente el fruto de estas investigaciones, porque dan cuenta al conjunto de la población canaria, y panhispánica, de unas tradiciones existentes durante siglos y que han conformado la identidad, el sentir y el querer de los canarios. De todas las investigaciones que he hecho, la que puede tener más vigencia en el futuro son los estudios lingüísticos como la toponimia o el fenómeno de la lingüística guanche, que son campos prácticamente vírgenes y abiertos para futuros investigadores.
5. Da la sensación de que lo que más se valora socialmente es la investigación científica o técnica. Que las investigaciones humanísticas no cuentan con suficiente relevancia. ¿Cree, desde su posición en la Universidad, que existe una ‘cantera’ investigadora en las Humanidades?
Por supuesto que sí, y con seguridad se seguirá investigando mucho en Humanidades. No menos científica es la historia, la filología o el derecho que las ingenierías o las ciencias médicas, siempre que se traten con método. El método es la clave de la ciencia. Y las investigaciones en las ramas humanísticas, por tanto, son también parte importante. Yo me atrevería a decir que hasta fundamentales, porque las investigaciones humanísticas afectan al mundo entero. Bien es verdad que estas investigaciones no nos va a hacer más ricos, pero sí más felices, más cultos, a través del conocimiento.