JOSÉ MIGUEL PÉREZ. Director de la Cátedra Juan Negrín

1. El Rector comentó en la presentación de la Cátedra Juan Negrín que desde la ULPGC se pretende que esta cátedra sea un extraordinario instrumento académico y un centro de investigación de referencia internacional. ¿Qué es lo que más destacaría usted de este acuerdo entre la ULPGC y la Fundación Juan Negrín?

En esos dos ámbitos hemos podido comprobar a los largo de los últimos años la relevancia que posee todo lo que contiene el fondo de la Fundación Juan Negrín, así como las actividades académicas y culturales que ha ido desplegando. En el primero de los aspectos viene siendo, tanto un centro de prácticas para los estudiantes de nuestra Universidad, como un punto de referencia nacional e internacional cada vez más frecuente y citado en la historiografía contemporánea. Investigadores españoles y extranjeros visitan con frecuencia el archivo y obtienen resultados muy estimulantes y novedosos. En el segundo de los planos, las actividades y cursos que se han venido impartiendo podrán tener, a partir de ahora, el marchamo académico que facilite tanto el acceso como la colaboración de otros centros y universidades. Por tanto se parte de una experiencia previa, creo que sólida, y que, a partir de ahora, tanto para la ULPGC como para la propia Fundación supone un implemento muy relevante y de mutuo enriquecimiento científico y académico.

2. ¿Cuál es el principal valor del fondo documental de la Fundación Juan Negrín y que puede aportar al mundo universitario y a la formación de estudiantes de distintos grados?

El archivo de la Fundación trasciende con creces el fondo de una personalidad que ya de por sí es muy importante. Contiene nada menos que buena parte de los fondos y documentos del Gobierno de la República en la etapa presidida por Juan Negrín. Decenas de miles de documentos que arrojan una información que nos está ayudando a conocer y comprender el devenir de unas etapas que fueron cruciales y no sólo para la Historia de España. La dimensión internacional que ésta adquirió en aquellos momentos y también el protagonismo de los dirigentes republicanos de entonces en la historia europea fue también muy estimable. Pues bien, desde hace años y gracias a Carmen Negrín y su hermano Juan y a muchas personas que han colaborado en la preservación y ahora en la puesta al público conocimiento de estas fuentes, la historiografía de aquellas décadas centrales del siglo XX cuentan desde Canarias y desde la sede de la Fundación Juan Negrín con un punto de referencia imprescindible. Y ello vale no sólo para la vertiente de la historia política. Ahora mismo podemos comprobar en la exposición que permanece abierta, lo relevante que es para el conocimiento de la historia de la medicina y de la investigación en materia biosanitaria, dado que no olvidemos que Negrín fue uno de los más destacados representantes del formidable impulso que cobró la ciencia y la cultura en España en la denominada Edad de Plata, que caracterizó a la primeras décadas del pasado siglo en nuestros país.

3. ¿Cuáles han sido sus motivaciones para asumir el cargo de Director de la Cátedra y cuáles son sus primeras acciones a impulsar o fomentar desde ella?

Desde hace muchos años, y desde donde he podido, he procurado colaborar con la recuperación de todo este legado. Fue en 1976 cuando en el Paraninfo de la Universidad de La Laguna, el profesor Tierno Galván nos dio una conferencia extraordinaria sobre la figura de Negrín, conmemorando el aniversario de su fallecimiento. En 1986, con motivo similar y en el antiguo Centro Universitario de Las Palmas (CULP) colaboramos también en unas jornadas impulsadas por aquel entonces por Juan Rodríguez Doreste, que era alcalde de nuestra capital, dedicadas a Negrín, y en las que participaron Juan Marichal, Tuñón de Lara, Javier Tussell y José Prat. Luego vinieron las primeras publicaciones. Un libro que coordiné en el que se hacía una aproximación a la figura de Negrín tanto desde el punto de vista político como científico supuso uno de los trabajos renovados sobre su figura en el contexto del tiempo que le tocó vivir. Hace poco me tocó formar parte de un Tribunal de Tesis en el norte de Francia, en la Universidad de Arràs y comprobé el enorme y creciente interés que despierta esta etapa y la trayectoria de Negrín en otras latitudes. Lo que viene a continuación es seguir colaborando en esta empresa facilitando la conexión directa con la Universidad. La tarea inmediata que nos aguarda es considerable. Hay que concluir este año el curso sobre la Edad de Plata y el papel en ella de Negrín y sus discípulos. Tenemos que preparar un monográfico sobre el final de la Guerra civil en los primeros meses de 1939 y su significados en los prolegómenos de la II Guerra Mundial. Hay que homogeneizar y modernizar la clasificación de los fondos y recibir nuevos que han aparecido. También, sistematizar y priorizar líneas de investigación que nos permitan conocer mejor aquel tiempo pasado y para el que ahora disponemos de unas fuentes de información inéditas en muchos casos. También hay que facilitar su integración con los propios servicios y recursos que tiene la Universidad para estos cometidos. En fin, mucho y apasionante trabajo.

4. La Cátedra estará integrada en el IATEXT. ¿Cree que iniciativas como esta nueva Cátedra ayudar a impulsar la investigación humanística, y a darle el valor similar que a otras investigaciones de áreas más científicas o técnicas?

No sólo en España, ocurre en el resto de Europa y también en Estados Unidos una merma considerable de los recursos para lo que tradicionalmente se denominan “humanidades”. En un disparatado concepto de lo que es o no científico, se están postergando formas de conocimiento que son tan necesarias como las de cualquier otra índole para la existencia de los seres humanos. En alguna medida debemos contribuir a que esto no avance en tal dirección y se corrija el rumbo. Confío que de alguna manera este activo se convierta en un punto fuerte para tal empresa desde nuestra Universidad.