Entrevistamos a
JUAN MANUEL PALERM
Este arquitecto y catedrático de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria dirige el Observatorio del Paisaje de Canarias, un organismo del gobierno regional que ya ha cumplido la década y que es fruto del compromiso de estas islas con su entorno natural. Juan Manuel Palerm, ahora, también, se encuentra inmerso en el desarrollo de un congreso mundial sobre territorios de terrazas y bancales que visita varias islas del archipiélago, con expertos paisajistas y arquitectos mundiales, pero en donde también se dan cita agricultores, cooperativistas y responsables de administraciones públicas.
1. ¿Por qué y cuándo surgen los paisajes de bancales en Canarias y qué características lo hacen especiales respecto a otros territorios?
A través de los estudios y representaciones de Grau Basas y otros investigadores podemos verificar la existencia de los bancales desde periodos indígenas en Canarias, al igual que sucede en otras lugares y localizaciones del mundo, si bien con condiciones, casuísticas y escalas diversas. Los bancales y terrazas son construcciones humanas realizadas para resolver fuertes limitaciones orográficas y ambientales (topográficas, edáficas, climáticas…) y garantizar la oportunidad de obtener terrenos susceptibles de ser trabajados y cultivados, incluso para poder ser habitados. Estas condiciones determinan unas características singulares de los lugares y sitios y, por tanto, de la diversidad de características que los bancales ofrecen en el mundo
2. En su conferencia inaugural, denominada “Paisaje de Bancales. Habitar, cultivar y proyectar”, usted defiende su protección y preservación. ¿Cuáles son los motivos medioambientales o paisajísticos, e incluso económicos, que son interesantes destacar para entender esta defensa?
En la conferencia no defiendo propiamente la protección y preservación de los bancales a ultranza, sino ofrezco una reflexión sobre la capacidad de su integración en un sistema de relaciones que valoricen el ambiente y el paisaje. Trabajar, estudiar e investigar sobre los territorios de “bancales” significa comprender el sentido de “construir el paisaje” y “habitarlo”. Es un proceso complejo y continuo a lo largo del tiempo con múltiples factores que intervienen en su diagnóstico y operatividad. Estos territorios se encuentran intrínsecamente ligados a su población y a sus condiciones de vida, así como a los agentes sociales y económicos que lo caracterizan y a las circunstancias de su devenir. A partir de esa interacción, sociedad-naturaleza, surge una cultura de aprovechamiento de los recursos (piedra, agua, suelos, semillas): una cultura y sabiduría de una localidad y su población.
En la actualidad, los bancales, sus formas y estructuras, su hábitat, sus funciones y sus cultivos, se encuentran en retroceso (rotura de los muros de contención y posterior pérdida de los suelos de cultivo y de la tierra, el abandono…) con un consecuente e importante cambio del valor y de percepción del paisaje y del engranaje social y económico que lo sustenta.
Existe una verdadera inquietud por experimentar y compartir nuevas visiones, estrategias y propuestas innovadoras para los territorios de bancales y sus habitantes. Cuidar los territorios de terrazas es reconocer una serie de demandas de la sociedad actual, tales como la preservación del valor histórico y cultural, la mejora de la calidad de vida y la necesidad del ser humano de pertenencia a su territorio y a una distribución y planificación más acorde capaz de generar un esfuerzo colectivo de recrear y repensar el nuevo rol de los territorios de bancales.
“El Congreso Mundial ITLA afronta la difícil, pero necesaria e imprescindible, tarea de reflexionar y ofrecer respuestas sobre el destino rural de los territorios de bancales, en algunos casos incluso en áreas urbanas, en Canarias en particular y en el mundo en general.”
3. Usted es arquitecto y catedrático de la ULPGC, y también Director del Observatorio del Paisaje en Canarias. ¿Cómo valora la evolución del paisaje en el Archipiélago en este último siglo y qué pueden aportar, o están aportando, las nuevas generaciones de titulados en arquitectura?
Con respecto a los territorios de bancales es esperanzador ver como el reciente interés sobre estos lugares está en un proceso de preocupación creciente, liderado en muchos sitios por las comunidades de ciudadanos, técnicos, especialistas, autoridades locales y agricultores. De hecho, se reconoce una creciente implicación de jóvenes en el trabajo de la tierra, así como una demanda de apoyo a las autoridades locales y a la sociedad para cumplir con sus ambiciones. La respuesta desde las Universidades sigue siendo escasa, parciales y excesivamente disciplinares, con gran dificultad de estructurar enseñanzas transversales que permitan una definitiva profundización en esta problemática.
Las formas del escalonamiento y tallado del territorio inclinado en Canarias para permitir una coexistencia entre habitar y cultivar, junto a sus sistemas asociados de contención, irrigación, plantación y recolección, ofrecen respuestas de gran sensatez y racionalidad para vivir y producir en laderas. Aprender de estas experiencias y fomentar su estudio y observación requiere de la implicación y sensibilidad de los nuevos profesionales para proyectar su futuro.
4. Congresos mundiales como el que se celebra ahora en Gran Canaria acogen a interesantes expertos paisajistas, y acercan la realidad mundial de paisajes como los bancales, a profesionales y estudiantes de distintas disciplinas universitarias. ¿Se trata de un foro único y extraordinario para plantear nuevas estrategias sobre el territorio en Canarias?
No solo participan paisajistas y arquitectos, hay muchas otras disciplinas y personas involucradas en este Congreso y en el trabajo sobre estos territorios de Bancales en el Mundo, desde campesinos, agricultores hasta cooperativistas o personas que les gusta y practican vivir y cultivar en y de estos territorios tan peculiares. El reto de los bancales es encontrar nuevas formas de habitarlos y cultivarlos que impliquen un buen uso de los recursos. La viabilidad del desarrollo agrícola de los territorios de bancales puede verse mejorada significativamente mediante la consolidación de nuevas estrategias económicas, añadiendo valor a los productos locales e introduciendo mayor implicación en las economías de pequeña escala.
Se puede afirmar que los paisajes de Bancales de Canarias, al igual que en otros muchos territorios continentales e insulares, son el fruto histórico de la intervención de sus habitantes sobre los distintos ecosistemas. Los seres humanos han sido el elemento fundamental en la construcción de los paisajes de bancales de las islas. Para poder entender la arquitectura y el territorio de las zonas rurales de estos archipiélagos hay que empezar por comprender las necesidades de crear suelo para el cultivo y superficies susceptibles de ser habitadas, es decir, saber vivir entre bancales.
El Congreso Mundial ITLA organizado por el Gobierno de Canarias, y los Cabildos Insulares en colaboración de los Gobiernos de Madeira, Azores y Cabo Verde y las Universidades de Las Palmas de Gran Canaria y la Universidad de La Laguna, a las que se suman otras instituciones, afronta la difícil pero necesaria e imprescindible tarea de reflexionar y ofrecer respuestas sobre el destino rural de los territorios de bancales, en algunos casos incluso en áreas urbanas, en Canarias en particular y en el mundo en general. Por ello tener la ocasión de situar a Canarias en este privilegiada escenario, como protagonista, requiere de un gran compromiso de organización y difusión, así como establecer sinergias con instituciones, empresas, cooperativas y asociaciones sensibles a este argumento de especial importancia en y para Canarias.