Entrevistamos a
JUAN CARLOS MARTÍN
La Asociación Hestia cumple diez años. Una década en la que ha demostrado que los proyectos de intervención social y familiar que surgen en el seno universitario se pueden materializar y servir de gran ayuda para muchos colectivos desfavorecidos. Hestia organizó recientemente, para conmemorar este aniversario, un Congreso Internacional de Educación e Intervención en el que se dieron cita más de 400 congresistas procedentes de once países y cuarenta y cinco universidades. El Presidente de Hestia, profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, es uno de los principales artífices de este gran foro sobre la intervención psicoeducativa, familiar y social que tuvo lugar en Gran Canaria.
1.¿Cómo nace la Asociación Hestia y cuáles han sido sus intereses?
Nace en diciembre de 2008, y surge por iniciativa de un grupo de profesores de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y de la Universidad de La Laguna, principalmente del ámbito de la intervención familiar y de la psicología. En mi caso, yo coordino el Máster Interuniversitario de Intervención Familiar que organizamos entre las dos universidades canarias, y también trabajo desde hace muchos años con equipos de psicología de la Universidad de La Laguna, coordinado por la catedrática de Psicología Evolutiva, María Josefa Rodrigo. Nuestra filosofía de trabajo siempre ha sido siempre concebir la tarea universitaria relacionada no solo con la docencia, no solo con la investigación, sino que queremos que todo aquello que investigamos tenga eco real y práctico en la sociedad. Entonces, nosotros hemos elaborado diferentes estudios, investigaciones y programas de actuación que no queríamos que murieran en una publicación, y vimos que el vehículo para llegar a la sociedad era constituir una asociación, con una doble función en la propia institución universitaria: que diera respuesta nuestros egresados y también que ofreciera una nueva manera de impartir la prácticas formativas que tenemos en el Máster.
2. ¿Y cómo se traduce exactamente esta doble función en la labor que desarrollan desde la Asociación Hestia?
Hay mucha gente que sale de esta Universidad muy bien preparada y que llevamos tutorizando desde que iniciaron sus estudios. Son educadores sociales o trabajadores sociales, o aquellos que realizaron el grado de Educación Infantil o Primaria, o los que han hecho el Máster de Intervención Familiar, que cuando finalizan sus estudios pueden llevar a cabo proyectos que ya tenemos hechos, ya que la Asociación Hestia se basa en Intervención y en la Investigación, es decir, que la investigación está estrechamente relacionada con el proceso de intervenir posteriormente. Es un binomio fundamental y que creo que siempre nos ha caracterizado, ya que todo aquello que llevamos a la práctica tiene que ser evaluado previamente, y tiene que estar basado en evidencias, debe haber sido evaluado y contrastado. Así que, en la actualidad, hay 90 personas contratadas en la propia asociación, y el 50% es de esta Universidad y el otro 50% de la ULL, porque tenemos dos sedes: una en Tenerife y otra en Gran Canaria.
“Queremos mejorar el escenario educativo familiar, que la familia mejore su contexto, que haya una buena guía y supervisión, que haya reconocimiento a los hijos, que se les capacite, que haya un vínculo afectivo…”
3. Los proyectos que llevan a cabo en la actualidad son, por tanto, consecuencia de la investigación que se desarrolla previamente en las dos universidades, de las que surgen programas sociales muy interesantes…
Ahora mismo estamos codirigiendo tesis doctorales que terminan siendo programas de intervención. Es decir, que la fusión de la Universidad con la sociedad, de la intervención ligada a la investigación, es algo que nosotros sí tenemos muy claro, y creo que ese plus es un beneficio que nos identifica. Y también en nuestra filosofía está el hecho de no optar a subvenciones porque salga una línea directa de subvenciones y a partir de ahí ver el proyecto que podemos hacer. Es al revés. Nosotros creemos en los proyectos. Tenemos un proyecto, que queremos contrastar y evaluar, y con ese proyecto bajo el brazo nos vamos a la consejería o institución que sea y con su colaboración lo pilotamos desinteresadamente, y cuando vemos la eficacia, pedimos esa subvención o ayuda. Así han surgido programas como el de ‘Padres y madres sin barreras’ que estamos desarrollando en la actualidad en las dos prisiones de Gran Canaria y Tenerife, para ayudar a aquellos padres que se encuentran en las cárceles y que han perdido el vínculo con sus hijos por estar privados de libertad, y que es un claro ejemplo que ha contado con una financiación desde hace ya un año.
4. Y el Congreso que recientemente han organizado en Gran Canaria, ¿surge por la necesidad de seguir analizando o poniendo en valor algunos programas educativos de intervención?
El Congreso surge porque cumplíamos nuestros décimo aniversario como Asociación. Era una fecha adecuada para hacer algo grande, ya que contábamos con la ventaja de nuestras relaciones y contactos con otras universidades, con las que se está investigando y trabajando en los mismos campos de la intervención social y familiar. Y a ello se han sumado las distintas instituciones públicas que amparan muchos de estos proyectos. Hemos puesto en el centro del debate la educación y la intervención en tres ámbitos: la familia, la escuela y la sociedad. Y con esa mirada a que hay otra forma de educar y de intervenir, y que es posible. La sociedad ha cambiado tanto, los chicos tienen otros estilos de vida… y sin embargo, la escuela no está incorporando estos nuevos intereses ni sus formas de relacionarse. Un ejemplo de ello son las nuevas tecnologías. Las nuevas tecnologías han venido para quedarse, por lo que hay que incorporarlas al ámbito educativo y al de la intervención con los chicos.
“Programas como el de ‘Padres y madres sin barreras’ que estamos desarrollando en la actualidad en las dos prisiones de Gran Canaria y Tenerife, son el ejemplo de proyectos de éxito”
5. En el Master Interuniversitario de Intervención Familiar que organizan entre las dos universidades canarias, ¿cuál es el enfoque que se le da a esta intervención?
El Máster tiene un enfoque muy positivo sobre la educación, que ya tiene más de quince años de existencia. Nos basamos en una perspectiva evolutiva de la intervención. Queremos mejorar el escenario educativo familiar, que la familia mejore su contexto, que haya una buena guía y supervisión, que haya reconocimiento a los hijos, que se les capacite, que haya un vínculo afectivo… Vamos a fomentar la vinculación familiar viendo las necesidades que nos transmiten los padres y los hijos. Eso es precisamente lo que hacemos en el programa que realizamos en las cárceles.