Entrevistamos a
JULIETA SCHALLENBERG
La doctora e ingeniera industrial de la ULPGC, Julieta Schallenberg, es un referente internacional en el estudio de las energías renovables. De hecho, en la actualidad, forma parte del Comité Asesor de la Comisión Europea en materia de energía, además de formar parte del comité de expertos para el Estudio del Cambio Climático y el Fomento de la Economía Circular y Azul en Canarias. Sus trabajos científicos le han avalado para acceder a una beca del Programa Fulbright de Estados Unidos, uno de los programas de becas más prestigiosos del mundo.
1. Ha obtenido recientemente una beca del Programa Fulbright de Estados Unidos, una beca que solo está al alcance de pocos investigadores ya que se trata de un programa de excelencia... ¿Cuál es el objetivo que se pretende con estas becas?
Sí, efectivamente, es una beca muy competitiva, este año sólo se concedieron 24 para toda España en la categoría en la que concursé. El Programa Fulbright es un programa de ayudas educacionales patrocinado por la Oficina de Asuntos Educativos y Culturales del Departamento de Estado de los Estados Unidos, los gobiernos de otros países y el sector privado. Se considera uno de los programas más prestigiosos del mundo y funciona en 144 países. El programa Fulbright tiene muchas becas de distintos tipos, desde becas de estudiantes para realizar cursos o master en Estados Unidos hasta las becas como a las que me presenté yo que son para que los profesores puedan llevar a cabo un proyecto de investigación en colaboración con una universidad situada en Estados Unidos.
2. En su caso, ¿cuál será su proyecto de estudio y junto a qué investigadores?
El proyecto que voy a desarrollar trata de ver cómo llevar a cabo la transición energética en Canarias de tal forma que en el 2050 se consiga una completa decarbonización de nuestra economía, lo que significa transformar completamente el sistema eléctrico y el de transporte tal que funcionen sólo con energías renovables. También se fijará la hoja de ruta para alcanzar este fin con objetivos intermedios a 2030. La investigación la desarrollaré en la Universidad de Stanford, donde hay un equipo de trabajo que ya han desarrollado una metodología propia con el objetivo de estudiar la conversión completa del sistema energético a renovable.
3. Su campo de investigación en las energías renovables la ha posicionado como una de las principales expertas en Canarias, y por ello forma parte del Comité de Expertos para el Estudio del Cambio Climático y el Fomento de la Economía Circular y Azul en las islas. El reto es conseguir un modelo de transición energética sostenible en una comunidad donde el sector del turismo, el mar y la climatología puede ayudar a ello… Sin embargo, ¿cuáles son los principales obstáculos a los que se enfrentan los investigadores en este campo para que esto no se produzca tan rápidamente?
Los principales obstáculos para lograr la transición energética tienen más que ver con las barreras administrativas y la falta de políticas adecuadas que con la tecnología. Dicho lo cual, esto no significa que tecnológicamente no existan retos que solventar para lograr la transición energética porque sí los hay, como por ejemplo la integración de renovables intermitentes y no gestionables, como la energía eólica y la solar, en redes débiles como son las redes eléctricas de las islas. También retos como el almacenamiento estacional, dado que existe más energía tanto eólica como solar en verano que en invierno y, en sistemas 100% renovables, hay que ver qué sistemas de almacenamiento resultan más adecuados, también para el largo plazo. En todo caso, para lograr la tan deseada transición energética también hay que lograr que los políticos canarios acuerden un pacto por la energía para que esta transición se pueda llevar a cabo independientemente del color político que gobierne, porque la transición energética no es algo que se pueda lograr en 4 años.
4. ¿Su participación en el Programa Fulbright le permitirá disponer de nuevas metodologías, modelos o herramientas que puedan ser de interés para implementar en Canarias?
Efectivamente, la Universidad de Stanford ha desarrollado esta metodología que han aplicado a más de 150 países y a todos los estados de Estados Unidos, consiguiendo establecer la estrategia a seguir para lograr un sistema energético basado sólo en renovables para el 2050. Ahora, esta misma metodología, se aplicará a Canarias. Los resultados serán de aplicación directa para el desarrollo de un plan de transición energética en Canarias.
5. La investigación y economía azul es uno de los pilares de la gran proyección científica de la ULPGC a nivel mundial. ¿Cree que esa relevancia es conocida por las instituciones y la sociedad?, ¿Se escucha los suficiente ‘en casa’ a los científicos de nuestra universidad en este ámbito?, ¿se es consciente de la deriva a la que se enfrentan archipiélagos como el nuestro con el cambio climático?
En la ULPGC hay excelentes científicos trabajando en economía azul, en ámbitos relacionados con mi trabajo como son las energías renovables marinas, pero sobre todo en oceanografía, recursos marinos, algología y acuicultura, por citar sólo algunas de las áreas de la economía azul donde somos punteros. Lamentablemente creo que no hemos sabido transmitir en su justa medida a la sociedad la calidad de los estudios que se realizan en estos ámbitos, ni sus repercusiones y relevancia. De la misma forma estos conocimientos podría tener un mayor impacto que el actual a nivel empresarial, organizativo y político. En cuanto a la deriva a la que se enfrentan archipiélagos como el nuestro frente al cambio climático y sus implicaciones medioambientales y sociales creo que no se es plenamente consciente de las implicaciones que el cambio climático puede tener. No se trata sólo de las medidas de mitigación y adaptación a los cambios ambientales, que los habrá y también es relevante cuantificarlos, sino implicaciones sociales y cambios de hábitos derivados de la concienciación frente al cambio climático y me refiero a cuestiones que nos pueden afectar tanto como predecir la disminución del turismo por reticencias a volar derivadas del incremento de la concienciación medioambiental o por un eventual aumento de las tasas por contaminación aérea.