Entrevistamos a
ALEJANDRA SANJUÁN
La Doctora en Matemáticas de la ULPGC, Alejandra Sanjuán, asume la Presidencia del Defensor de la Comunidad Universitaria, tras ser elegida en votación por el Claustro de la universidad grancanaria el pasado 22 de octubre. Su trayectoria profesional en la institución, asumiendo distintos cargos de gestión desde el año 1982, y sus inquietudes sociales y humanas, la han animado a dar el paso de presentarse a este órgano colegiado cuyo objetivo es la mediación y resolución de conflictos de los estudiantes, personal docente e investigador y trabajadores de los servicios administrativos de la Universidad. Su reto es dotar de ‘cercanía’ al órgano, para hacerlo más visible en toda la universidad.
1. ¿Qué es lo que le animó a presentarse a presidir el órgano del Defensor de la Comunidad Universitaria de la ULPGC?
Tras varios años de experiencia y de haber pasado por muchos cargos de gestión en la ULPGC, en donde siempre he valorado el beneficio del diálogo y la mediación, he considerado que puedo presentarme a este cargo con cierta solvencia. Creo, además, que estamos inmersos en una época en la que existe bastante apatía entre el personal de la Universidad con respecto a adquirir nuevas responsabilidades. Y este hecho también me ha animado a presentarme, si cabe, con más ganas y más ilusión a este órgano. Es una cuestión que llevo meditando desde hace un año.
“Presentarme como la nueva Presidenta del Defensor de la Comunidad Universitaria es un acto de lealtad a la ULPGC como institución. En mi trayectoria profesional lo he demostrado, desde el año 1982, cuando empecé a formar parte de esta universidad, asumiendo distintos cargos de gestión”
2. ¿Cree que el Defensor Universitario es uno de esos órganos que sigue siendo, en parte, desconocido por la comunidad universitaria?
Yo nunca tuve la necesidad de dirigirme al Defensor Universitario, pero sí he alentado a personas que podían tener determinados problemas en el seno de la Universidad a que fueran para pedir ayuda o asesoramiento. Y, en este sentido, mi opinión es que el Presidente del órgano puede ser la persona que pueda darle un impulso o una impronta diferente a lo que es el órgano en sí. Mi carácter vivo y sociable, mi vocación y mis condiciones personales de querer estar en todos lados, quizás pueda hacer que el órgano del Defensor Universitario de la ULPGC pueda ser más visible entre la comunidad universitaria. Y esto no significa que los anteriores presidentes de este órgano lo hayan hecho mal, al contrario, sino que cada uno ha intentado aportar su granito de arena a su modo, y lo han hecho lo mejor que han podido, sin duda.
3. El último informe del Defensor Universitario destaca que ha habido un descenso en el número de actuaciones de este órgano en el año 2019, un 29% menos que en 2018, y que el estudiante es el que más acude, principalmente para resolver problemas o dudas con respecto a procesos de evaluaciones, asuntos relacionados con sus títulos, becas, matrículas… ¿El Defensor Universitario es el último recurso para la solución de problemas en los centros o tiene la vocación de mediar en un proceso intermedio con otros agentes de la comunidad universitaria?
Creo que el Defensor Universitario no debe ser el último recurso que tiene cualquier miembro de la comunidad universitaria para resolver sus problemas. Debemos ser el recurso intermedio, orientar en el camino, para que exista una solución pactada entre ambas partes. Y si eso finalmente no ocurriera, entonces el Defensor debe ser visible para mediar en ese conflicto de intereses, recurriendo a los órganos necesarios que tengan la potestad de resolverlo.
4. En el caso de los PDI, es un órgano que se ve que es un recurso que no se suela utilizar. ¿Por qué será?
Igual es porque al Presidente del Defensor de la Comunidad Universitaria, al ser también un PDI, lo ven como un compañero más, y no como un órgano colegiado que pueda ayudarle en la resolución de algún problema en particular, por ejemplo en los departamentos o centros. Por la experiencia que tengo en órganos de gestión de la ULPGC, pues he estado en direcciones y subdirecciones de departamentos y centros, en el Rectorado, etc., sé cómo funciona todo y esto me da ciertas habilidades para animar a mis compañeros a solucionar problemas que a veces se estancan dentro de un mismo departamento o de un centro, y va en perjuicio de la propia institución.
“Creo que el Defensor Universitario no debe ser el último recurso que tiene cualquier miembro de la comunidad universitaria para resolver sus problemas; debemos ser el recurso intermedio, orientar en el camino, para que exista una solución pactada”
5. Uno de sus retos ya me ha comentado que es visibilizar aún más este órgano entre la comunidad universitaria. ¿Alguna aportación más para estos próximos años de mandato?
Puedo aportar, por mi propia personalidad, más cercanía a toda la comunidad universitaria. Esa cercanía considero que es un plus a mi favor, para abordar, de manera un tanto especial, al profesorado y personal de administración y servicios, que posiblemente son los que menos se atreven a llegar al Defensor Universitario. Por lo tanto esa visibilidad que pretendo darle a este órgano vendrá de la mano de esa cercanía.
6. Su decisión de presidir el Defensor Universitario de la ULPGC supone, también, una dedicación adicional a esta Universidad como institución…
Es un acto de lealtad a la ULPGC como institución. Y en mi trayectoria profesional lo he demostrado, desde el año 1982, cuando empecé a formar parte de esta universidad, asumiendo distintos cargos de gestión, y siempre sin dejar de lado la docencia, porque me encanta dar clases y me preparo con muchas ganas, además de seguir desarrollando mis trabajos de investigación. Ahora, con el Defensor Universitario quiero aportar a la ULPGC mis habilidades personales, ponerlas al servicio de la institución.
7. Ahora resta que se animen otros miembros de la institución a formar parte del órgano junto con usted, pues se trata de un órgano colegiado.
Muchas veces, algunos docentes o el personal de administración y servicios no se presentan para formar parte de este órgano hasta ver quién sale elegido como Presidente. Precisamente porque se trata de un órgano colegiado y quieren ver si pueden encajar bien como parte de un equipo. Ahora me propongo animar a varios compañeros a que se presenten en las próximas convocatorias, que será en el siguiente Claustro que se celebre, para que me acompañe en esta nueva responsabilidad.