Ciudades más integradoras gracias al urbanismo feminista

15/05/2019
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Ciudades más integradoras gracias al urbanismo feminista

“Urbanismo feminista, que no femenino”. Así distingue claramente la profesora de Arquitectura Noemí Tejera cuando nos quiere acercar al significado de los nuevos modelos de ciudad o espacios públicos, vistos desde una perspectiva de género. “Promovemos un urbanismo feminista porque lo estamos impulsando desde los colectivos feministas, pero se trata de construir ciudades para la diversidad colectiva que compone una sociedad, no privilegiando su ordenación y equipamientos para el uso de unos usuarios frente a otros, como ha ocurrido tradicionalmente”.

 

mujer mirando una ciudad

Este ha sido uno de los principales temas de debate del reciente Encuentro Internacional GAC. Género, Arquitectura y Ciudad, promovido por la Asociación de Mujeres Arquitectas Canarias ‘Marca Púrpura’ y celebrado en la ULPGC, entre las que se incluyen muchas profesoras de la Universidad grancanaria, como su cofundadora, Noemí Tejera, perteneciente al Departamento de Arte, Ciudad y Territorio de la ULPGC.

¿En qué consiste una ciudad feminista? En un diseño urbano que contemple la vida cotidiana de todas las personas que componen el colectivo, así como sus relaciones entre ellas, para adecuar desde sus equipamientos hasta el desarrollo y trazado de los elementos de movilidad. “Las ciudades que se han ido construyendo en la actualidad han puesto el acento, muchas veces sin ser conscientes, en la movilidad entre el hogar y los lugares de trabajo, es decir, han sido planificadas en función de un usuario que trabaja fuera del hogar, sin tener en cuenta a otros usuarios y la movilidad que necesitan, como es el caso de aquellas personas dedicadas tradicionalmente a la tareas del cuidado de otras personas (niños y mayores), que en su mayoría siempre han sido las mujeres”, explica la arquitecta Noemí Tejera.

Elsa Guerra, también arquitecta y cofundadora de ‘Marca Púrpura’, define aún más a ese ‘usuario tipo’ para el que se han pensado las ciudades y su construcción: “En urbanismo, como en muchos aspectos de nuestra cultura, hemos estado marcados por una estructura de pensamiento muy patriarcal, que piensa solo en términos de una sociedad que se mueve gracias a un ‘usuario tipo’: varón de clase media, que trabaja fuera de casa y que recibe un sueldo, y sin problemas de salud”.

Sin embargo, en la actualidad, la vida cotidiana de una ciudad es muy diversa, y no responde a ese ‘usuario tipo’ “para el que se piensa todo, como el transporte que debe usar o la vivienda y el entorno más cómodo para su modo de vida”. Desde el urbanismo feminista se pretende abrir la perspectiva de miras a otros colectivos que viven diariamente las ciudades y necesitan equipamientos más adaptados a sus necesidades: hay que pensar en los niños que acuden a sus colegios todos los días, en las personas que van a realizar la compra para la familia, en aquellos colectivos de usuarios con algún tipo de discapacidad, en ciudades más sostenibles… Y en función de ellos es necesario un diseño urbano que de respuesta a esta sociedad con perspectiva de género.

La revolución de las arquitectas

presentacion encuentro de arquitectura y genero

Elsa Guerra destaca que, en la actualidad, este movimiento feminista en la arquitectura es aún incipiente en España. “En otros países ya nos llevan cierta ventaja, como es el caso de Canadá o de otros países nórdicos”.

En algunas ciudades españolas ya se está iniciando algunos proyectos de prueba y, concretamente en Canarias, la nueva Ley del Suelo, del año 2017, promulga como uno de sus principios básicos la atención a la igualdad y al género en los nuevos diseños urbanísticos.

“En estos momentos estamos iniciando esa revolución, tanto en los despachos de arquitectos como en las propias Universidades, donde ya comienzan a introducirse planes formativos nuevos temarios e instrumentación que estoy segura que van a influir en los proyectos del futuro y en los programas de inversión municipal”.