Contar la ciencia, cuenta

15/10/2020
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Contar la ciencia, cuenta

En la Carta Europea del Investigador, publicada por la Comisión Europea en el año 2005, el personal investigador asume dos compromisos esenciales con la sociedad; la difusión y explotación de los resultados científicos que obtiene y su divulgación social. Y la Ley de la Ciencia, en su artículo 38, vela por este derecho de todos los ciudadanos, al mismo tiempo que garantiza que las administraciones públicas incentiven y apoyen a los investigadores en esta importante tarea. Así, ‘contar la ciencia, cuenta’ 

tubos ensayo

Las Universidades españolas se han puesto ‘manos al asunto’ y en una de sus comisiones sectoriales aborda la divulgación científica como una de sus principales prioridades. Porque ¿de qué sirve investigar y obtener novedosos resultados si no se conocen?

La ciencia es investigación, pero también transferencia a la sociedad y al tejido productivo de un país. La Unión Europea no solo tiene claro que apostar por la investigación y la innovación es invertir en el presente y futuro del continente, sino que, además, salvaguarda un modelo social que contribuye a mejorar cada día la vida de millones de personas en el mundo.

La divulgación es el nexo, y por ello la Unión Europea promueve programas marcos de financiación de la investigación donde se garantiza esta difusión social de los proyectos científicos, requiriendo a los investigadores tareas e iniciativas específicas de divulgación de sus trabajos si quieren obtener una cuantía económica que les ayude a desarrollarlos. La periodista y presidenta de la Asociación Española de Comunicación Científica, Elena Lázaro, señala las principales razones por las que es ya una obligación divulgar la ciencia:

  • los proyectos europeos de investigación ya centran mucho la atención en una estrategia de comunicación de la investigación que se desarrolle en ellos: sin comunicación posterior garantizada, no habrá financiación previa.
  • los investigadores necesitan en sus curriculums obtener un impacto de sus trabajos en revistas especializadas y publicaciones científicas, y ahora, también, en otras publicaciones más generalistas que le den mayor visibilidad a sus proyectos.

may gomezA ello se suma la labor social de las universidades en este último siglo, que son ‘puentes’ de conocimiento, y que centran mucha de su actividad en la relación con su entorno, a través de charlas, talleres, participación en ferias, o en nuevas iniciativas de difusión, como las que lleva a cabo periódicamente la ULPGC: la Noche de los Investigadores, Café y Ciencia o el Laboratorio de los Emprendedores. Todos tienen un nexo común: que la investigación salga de los laboratorios para formar parte de la sociedad. Que lo que se investiga se conozca y que las empresas sean capaces de poner en valor los resultados científicos, implantando nuevos servicios o productos, mejorando su actividad empresarial y siendo más competitivos en un mercado global.

May Gómez, catedrática de la ULPGC e investigadora del Instituto universitario de acuicultura Sostenible y Ecosistemas Marinos de la ULPGC, lleva casi toda su vida profesional divulgando socialmente sus trabajos. “para mí, divulgar lo que estudio e investigo es, más que un deber, un placer, porque gracias a ellos he llegado a más gente”. Una labor que compensa tantos años de estudio.

Ella considera que divulgar la investigación “es una obligación de todos los que nos dedicamos a investigar, porque en España investigamos gracias a la financiación pública y, ¡qué menos que el ciudadano sepa lo que se está haciendo con su dinero!”.

Pero la divulgación, para May, es también un gran pilar en la sociedad del conocimiento, en donde resulta esencial formar a ciudadanos con criterios. “La falta de información genera miedo y desconfianza, y ante algunas cuestiones de actualidad los expertos debemos informar para que la sociedad no sea manipulable”.

May Gómez: “En España investigamos gracias a la financiación pública y, ¡qué menos que el ciudadano sepa lo que se está haciendo con su dinero!”

gregorioPor su parte, el catedrático Gregorio Rodríguez, que dirige el Instituto Universitario de Análisis y  Aplicaciones Textuales de la ULPGC, explica que “divulgar”, etimológicamente hablando, significa “entender al pueblo”, poner a su alcance y publicar algo. Y recuerda que fue en mayo de 1968 cuando la universidad “entró” en el pueblo y empezaron a conectarse a él con cursos de extensión universitaria, que han derivado en nuevas iniciativas y proyectos de divulgación que han sido  muy bien aceptados por la sociedad en general.

Por otro lado, Gregorio se refiere al aspecto más egoísta del investigador promoviendo la divulgación de sus proyectos. “Divulgar es necesario para que los investigadores lleguemos a la sociedad, para que la sociedad considere importante lo que hacemos, y si eso es así, también lo será para los gobiernos, que son los que finalmente deciden financiar nuestros trabajos en un gran porcentaje”.

La divulgación científica es, por último, un importante impulso para el despertar de nuevas vocaciones entre los jóvenes, aquellos que protagonizarán la nueva generación de la ciencia en el mundo.