Agentes del cambio social formados en la Universidad
La Ley Orgánica de Educación contempla, entre uno de los objetivos de la educación, priorizar el ámbito de lo social, ya que la escuela es la primera institución desde donde la persona se socializa. Éste ha sido uno de los puntos de partida de las Jornadas de Educación Social celebradas en la ULPGC, con el fin de mirar hacia el futuro de titulaciones universitarias con clara vocación social.
Fue una idea que partió de los propios estudiantes de la titulación de Educación Social, en la ULPGC, y como era de esperar, se vio bien acogida por el Decanato de Formación del Profesorado, que ayudó y orientó el espíritu de unas jornadas que pretendían acercarse a la realidad social que nos rodea e intervenir en ella, “porque los Educadores Sociales queremos ser estudiantes activos en esta Comunidad Universitaria y, al mismo tiempo, futuros profesionales reconocidos en la sociedad actual”, resaltó la estudiante Leticia Sánchez, una de las organizadoras de las Jornadas.
Para el decano, Germán Hernández, este encuentro profesional ha sido una excelente oportunidad para que los estudiantes de Educación Social comiencen a tomar contacto con el nuevo Espacio Europeo de Educación Superior que se avecina. “Ellos han aprendido mucho al mismo tiempo que han trabajado organizando las distintas ponencias y debates que tuvieron lugar durante las jornadas, y el resultado ha sido extraordinario”.
La Universidad debe ser una institución referente en los procesos sociales, formando a especialistas y profesionales que intervengan en la creación de recursos que intenten prevenir cualquier tipo de marginación social. En este sentido, el éxito de Jornadas como las celebradas en la ULPGC ponen de manifiesto que existe una necesidad, demandada por las instituciones locales e insulares (presentes en las mesas de debate) de crear plazas de trabajo para los perfiles de los Educadores Sociales, piezas imprescindibles para la coordinación de varias áreas que deben trabajar de forma paralela en la socialización del individuo. “Hasta la fecha se conoce el trabajo del Educador Social centrado en ámbitos sociales como ONGs, asociaciones o instituciones públicas, trabajando con grupos minoritarios, pero el gran reto es que se conozca a la Educación Social en el ámbito formal, en las escuelas, donde el Educador Social es un nexo perfecto entre padres, profesores y alumnos”, señala la Vicedecana de Educación Social, Pastora Calvo.
La realidad social demanda este perfil profesional en las escuelas. Los programas de intervención en los centros educativos para evitar el absentismo o la marginación hacen necesario contar con especialistas como los Educadores Sociales, auténticos “mediadores socioeducativos”. La ULPGC apuesta por la labor de estos expertos, intentando formar a sus estudiantes en “profesionales facilitadores del cambio social, que actúen como nexos de un equipo multidisciplinar, siempre desde y para el sujeto”. De hecho, durante los tres años de formación, los universitarios que estudian Educación Social se integran en distintos ámbitos sociales realizando sus prácticas en varios ámbitos de actuación: en ayuntamientos (servicios sociales, vivienda, juventud…), en ONGs que cuenten con programas de intervención (Cáritas, Cruz Roja, Aldeas Infantiles…), en Cabildos y en institutos.
Las Jornadas también evidenciaron que la labor de un Educador Social se hace imprescindible para que el trabajo de otros profesionales que realizan su tarea en paralelo, como maestros, asistentes sociales, responsables de recursos humanos o técnicos de instituciones públicas, entre otros, sea efectiva. Así, antiguos alumnos de la Diplomatura de Educación Social de la ULPGC se dieron cita en este encuentro para exponer sus experiencias laborales, para que se les reconozca como agentes de cambio, y “sobre todo, para dar el grito desde la Universidad a la sociedad y a las instituciones públicas y privadas, con el fin de que nos reconozcan como una profesión que ofrece nuevas vías de soluciones a la sociedad en la que vivimos”.
