Cuánto calor desprende el cuerpo humano
Los catedráticos de la ULPGC, Fabiola Socorro y Manuel Rodríguez de Rivera, han inventado un pequeño prototipo que cabe en la palma de una mano para medir el calor que desprenden distintas zonas del cuerpo, lo que permitirá su aplicación médica en pacientes con un tipo de cáncer que están recibiendo un nuevo tratamiento basado en la utilización de un campo magnético de alta frecuencia aplicado a la zona tumoral.
Los profesores Fabiola Socorro y Manuel Rodríguez de Rivera pertenecen al Departamento de Física de la ULPGC, y trabajan en el Laboratorio de Calorimetría donde investigan sobre las energías caloríficas que se desarrollan en distintos procesos como el de la combustión. Las mediciones se realizan en una zona herméticamente cerrada y controlada (calorímetro) para asegurar que la disipación del calor del proceso que se analiza no tenga influencias del exterior.
Pero ambos investigadores se propusieron ir más allá en sus pretensiones y estudiar las disipaciones de calor que produce el cuerpo humano. El problema surgía al confirmar que estos estudios no son viables en zonas cerradas, sino en contacto con el exterior, por lo que, a priori, el estudio resultaba algo complicado.
Sin embargo, y después de tres años de trabajo, han logrado medir la energía calorífica que se produce fuera de un aparato hermético gracias a la invención de un pequeño artefacto que puede acoplarse a una determinada parte del cuerpo humano y medir el calor que se disipa en una zona de aproximadamente 36 centímetros cuadrados.
El primer prototipo que se desarrolló formó parte de un Proyecto Fin de Carrera de una alumna de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales, dirigida por Fabiola Socorro. “En ese momento, el prototipo era mucho más grande, alcanzaba un tamaño de 10x10 centímetros, y ahora ya hemos mejorado sus dimensiones, disminuyéndolas hasta un tamaño de 6x6”, señala Fabiola Socorro.
Este aparato, que nace tras adaptar la investigación básica de calorimetría a la investigación que pueda ser aplicada, tiene la intención de ser una ayuda a la medicina, ya que en la actualidad existe un vacío en la bibliografía referente a las mediciones de potencia calorífica que se desprenden en distintas partes del cuerpo del ser humano. “Se sabe cuánto calor desprende el ser humano en su globalidad, pero no en cada parte de su cuerpo en distintas situaciones, por lo que este prototipo, cuando esté más perfeccionado, nos permitirá realizar una tabla estándar de potencias caloríficas en cada zona del cuerpo, y detectar así si existe alguna anormalidad a nivel médico”, destaca Manuel Rodríguez de Rivera.
En beneficio de la medicina
Las aplicaciones médicas podrán ser de distinta índole. “Una de las más importantes será, por ejemplo, controlar la potencia que se está disipando en un proceso de tratamiento de tumores, para alcanzar la potencia necesaria que queme solamente a las células malignas, y no comience a destruir las células benignas”.
Actualmente, aunque ya se han conseguido resultados exitosos en las mediciones de calor del cuerpo humano, ambos investigadores trabajan en la construcción de un nuevo prototipo más adaptado a la investigación clínica en zonas muy reducidas del cuerpo humano, y así poder medir el calor que desprenden pequeñas áreas de hasta un centímetro cuadrado, lo que permitirá detectar anomalías muy concretas en distintos órganos que, en muchas ocasiones, dan muestra de un mal funcionamiento cuando se calienta o enfría una parte específica del cuerpo.
Será una buena noticia para la medicina.
