40 años de Arquitectura
La Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la ULPGC congregó a casi un centenar de arquitectos, profesores y alumnos, para celebrar su creación, hace 40 años, en la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria.
“Era el comienzo de la primavera del 68 cuando se firmó la orden para iniciar los estudios de Arquitectura en Canarias. En aquel momento en las Islas se hacía realidad el tránsito de una economía agrícola a una turística que tuvo como consecuencia un gran crecimiento económico y una de las mayores y aceleradas transformaciones urbanas en las Islas en toda su historia. En ese contexto de euforia nacieron los estudios de Arquitectura, una de las enseñanzas pioneras de la actual Universidad de Las Palmas de Gran Canaria…”.
Desde ese entonces, más de 1.500 estudiantes se han formado en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la ULPGC, que ya forman parte del pasado, presente y futuro de este centro, referente docente e investigador a nivel nacional e internacional.
Tras cuarenta años de vivencias dentro y fuera de las aulas, tras infinidad de acontecimientos que han permitido que se gestara y madurara esta Escuela de Arquitectura, y con el objetivo de plasmar en un documento los recuerdos y la memoria, la ULPGC ha celebrado esta efeméride con un emotivo encuentro en el Salón de Actos de la Escuela. Allí se presentó el libro ’40 años de la ETSA’, coordinado por las profesoras Flora Pescador y Saro Alemán, pero en el que ha participado un gran número de docentes, alumnos y personal de administración y servicios que han sido testigos del devenir de este centro.
Es un compendio de “historias contadas por sus propios protagonistas que pueden, así, imprimir sus propias vivencias y sentimientos a los hechos acontecidos”, destaca el Rector de la ULPGC en el libro. Entre ellos, algunos ‘maestros’ de los comienzos de esta Escuela, que en la actualidad continúan siendo un referente para docentes y alumnos.
Así, en el libro, el arquitecto Félix Juan Bordes, primer director canario de la Escuela y artífice del diseño del actual edificio enclavado en el Campus de Tafira, junto a Agustín Juárez, explica cómo se concibió el espacio para aulas, laboratorios docentes, biblioteca, etcétera. Tras su etapa de docente, que duró 35 años, Bordes recuerda con especial cariño los apasionados debates suscitados en las aulas, entre profesor y alumnos, sobre la arquitectura y paisaje de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria.
Agustín Juárez, gran arquitecto y entrañable docente de la Escuela de Arquitectura de la ULPGC, que durante varios años también dirigió el centro y fue uno de sus principales protectores, repasó en el libro los inicios de la Escuela: sus primeras localizaciones y las incomodidades de dar clase en una situación precaria, las diferentes ‘mudanzas’, desde la calle Tomás Morales, hasta Vegueta (lo que actualmente es el edificio que alberga al CAAM), o Tamaraceite, hasta llegar al actual centro en Tafira. “¡Por fin teníamos edificio propio!”, tras haber estado 19 años siendo huéspedes en otros centros docentes y edificios públicos”, señaló en un relato plagado de anécdotas y recuerdos.
Eduardo Cáceres, unido desde el comienzo a esta Escuela y destacado por ser uno de los primeros vicerrectores de lo que fue la Universidad Politécnica de Las Palmas, participó en el libro con el título ‘Retratos de mi Escuela’, en donde también rememora, a su más puro estilo, la gestación y crecimiento de unas enseñanzas que también sufrieron “sobresaltos, crisis y frustaciones”, así como dedica un espacio al recuerdo de “los que se fueron…”.
El que fuera Director de la Estación de Satélites de Maspalomas, Julio Melián, también contó con una presencia destacad en el acto de aniversario de la Escuela. No en vano “llevo aquí los mismos 40 años que se celebran hoy”, y se enorgullece de haber formado a los que en la actualidad dirigen este centro universitario, entre otros. “Es fácil entender que para mi sea un orgullo ver a mis alumnos como mis superiores académicos, con un bien ganado aprecio de la comunidad, ejerciendo su autoridad y sus responsabilidades con dignidad y profesionalidad, impulsando el buen progreso de “su” Escuela y promoviendo la calidad de su enseñanza”.
