Los hábitos alimenticios saludables, la mejor medicina en la menopausia
La colaboración entre dos grupos de investigación de la ULPGC ha permitido el estudio de más de un millar de mujeres postmenopáusicas en Gran Canaria que ha posibilitado determinar posibles enfermedades relacionadas con esta etapa hormonal y el estado socioeconómico de cada paciente.
El Grupo de Osteoporosis y Metabolismo de la ULPGC, dirigido por el catedrático Manuel Sosa, lleva trabajando hace muchos años en torno a la Unidad Metabólica Ósea del Hospital Universitario Insular de Gran Canaria, lo que le ha permitido contar con una extensa base de datos de pacientes que presentan distintas enfermedades relacionadas con la nutrición. Los datos de estos pacientes han servido para abrir una nueva línea de trabajo, que se ha visto enriquecida gracias a la colaboración con otro grupo de investigación universitario, el Grupo de Educación y Promoción de la Salud de la ULPGC, dirigido por la profesora Maria del Carmen Navarro.
El objetivo común de ambos grupos fue detectar la incidencia de enfermedades relacionadas con mujeres que están atravesando la etapa de la menopausia, pero clasificando a este grupo de más de mil mujeres en función de su nivel socioeconómico. “Esta idea surge porque empezamos a detectar en varias de las pacientes que atendíamos un número significativo de fracturas y de menor masa ósea, y barajamos la posibilidad de que tuviera que ver con el tipo de alimentación y la situación económica del paciente”, señala el doctor Manuel Sosa.
De este modo, se inició el estudio realizando una clasificación de las pacientes según su situación socioeconómica, y teniendo como referencia el informe del Instituto Nacional de Estadística donde se calcula cuál es el umbral de pobreza en una familia. “Para ello tuvimos que tener en cuenta el ingreso anual de la familia de la paciente, el número de miembros que la componían y las edades de éstos”.
Con esta clasificación realizada, se determinó un primer grupo de mujeres con pocos ingresos económicos y otro grupo de mujeres con un buen nivel económico. “Y comprobamos que las mujeres menopáusicas más obesas estaban directamente relacionadas con una situación económica precaria y, por tanto, la consecuencia más evidente entre los pacientes era un mayor número de fracturas y una menor masa ósea”.
Con estas primeras evidencias, el grupo de trabajo dirigido por el catedrático Manuel Sosa continuó sus investigaciones médicas. Así, determinaron otras enfermedades relacionadas directamente con la obesidad y que también se hacían palpables entre el grupo de mujeres estudiadas. “Son los factores de riesgo característicos de personas obesas, como una mayor prevalencia de enfermedades coronarias, de diabetes, hipertesión o enfermedades reumáticas”. El doctor Sosa comprobó, junto a su equipo de trabajo, que “el número de mujeres obesas era más del doble entre aquellas con menos recursos económicos frente a las que tienen un gran nivel económico, y que esta condición coincidía con el doble de fracturas y de enfermedades reumáticas”.
Buenos hábitos alimenticios
Como resultado de estos primeros estudios, el Grupo de Osteoporosis y Metabolismo de la ULPGC comienza a colaborar con el Grupo de Educación y Promoción de la Salud para abordar las costumbres y hábitos alimenticios de las mujeres obesas motivo del trabajo de investigación. “Porque detectamos que a memos nivel socioeconómico los hábitos alimenticios eran peores, y concluimos que era crucial educar y formar a esta población sobre hábitos alimenticios saludables”, comenta Pedro Sosa.
En este sentido, la colaboración entre ambos grupos de investigación universitarios pretende impulsar una segunda fase de estudio, que es preparar un plan de educación para la salud que pueda ofrecerse a la población desde el sistema público de salud. “En España, y en Europa en general, tenemos una ventaja frente a otros países como Estados Unidos, y es que nuestro sistema público de salud no discrimina entre pobres y ricos, porque atiende a toda la población por igual, y esto permite que la educación para la salud llegue a todas las capas sociales”, afirma el doctor Pedro Sosa. Este trabajo universitario demuestra que la colaboración entre distintos investigadores, de ramas y áreas educativas distintas, permite crear nuevas líneas de producción científica y apoyo al sistema sanitario canario, que, con estos trabajos, se beneficia de nuevos planes de actuación para conseguir que su población sea más saludable, y como consecuencia, genere un menor gasto médico en sus hospitales.