Una moto de competición hecha, íntegramente, en la ULPGC
Los Tibicenas son unos perros lobos que, según cuentan las leyendas aborígenes, vivían en los barrancos y atacaban a los que intentaban conquistar las Islas. Ahora, el equipo Tibicenas viajó a la Península como único equipo canario para intentar ‘conquistar’ el Certamen Internacional MotoStudent.
MotoStudent es una competición organizada por la Moto Engineering Foundation, que pretende fomentar la participación de estudiantes universitarios de ingeniería de toda España y del extranjero con el fin de poner a prueba la aplicación real de sus conocimientos académicos. De este modo, el Concurso MotoStudent se presenta como un punto de encuentro que desafía a varios equipos universitarios y los reta a diseñar y desarrollar un prototipo de moto de competición de una cilindrada de 125 c.c.
En esta primera edición, la Escuela de Ingeniería Industrial de la ULPGC ha presentado al Equipo Tibicenas, el único equipo canario, compuesto por nueve estudiantes de ingeniería industrial y técnica, y tutelado por el profesor Vicente Enríquez. “Nosotros llevábamos dos años trabajando en torno a este proyecto de diseñar y fabricar una moto de competición en Canarias, y con este concurso vimos la oportunidad de medirnos a otros equipos de trabajo españoles y del extranjero”, explica Eduardo García, uno de los estudiantes y componentes del equipo canario.
Para todos ellos, la experiencia de participar en el Concurso MotoStudent ha sido muy enriquecedora, puesto que les ha permitido valorar sus conocimientos, y hacer el esfuerzo de construir en Canarias, y por primera vez, una moto para circuitos de velocidad a un mínimo coste: 5.800 euros.
Al Concurso se presentaron 24 universidades, y el equipo Tibicenas logró llegar a la fase final. “Tuvimos que superar tres pruebas: la primera, se trataba de una prueba visual y estética; la segunda, consistió en presentar el proyecto industrial en donde se analizaban los costes y la financiación; y la tercera, fue la prueba dinámica, donde varios pilotos expertos probaban cada moto”.
Durante las tres fases, el equipo Tibicenas obtuvo opiniones muy positivas. “De hecho, el piloto que probó nuestra moto nos comentó que tuvo muy buenas sensaciones en la conducción”. El equipo Tibicenas ha visto, así, culminado su sueño de aplicar sus conocimientos a un proyecto real. Para ello, no sólo ha contado con la colaboración de la Universidad y del Colegio de Ingenieros, sino de pequeñas y medianas empresas del Archipiélago, que les han prestado su apoyo aportándoles distintos materiales para la construcción de la moto, y al Mando Aéreo de Canarias, que trasladó gratuitamente la moto hasta la Ciudad del Motor de Aragón, donde se realizaron las distintas pruebas.