Las consecuencias de la crisis en las dos universidades canarias
La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y La Laguna sufren los mayores recortes económicos del Gobierno de Canarias. Para el año 2012, los presupuestos de la Consejería de Educación prevén un nuevo descenso de la partida, en un 3,5%, lo que supone que en estos últimos tres años , la ULPGC ha dejado de ingresar unos 22 millones de euros.
El nuevo recorte presupuestario previsto para el año 2012 por el Gobierno de Canarias ha sido un nuevo ‘jarro de agua fría’ para los rectores de las dos universidades canarias, que ven peligrar algunos de sus servicios y la construcción de sus nuevas instalaciones en los próximos años. Y es que desde el año 2009, la financiación que aporta la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias a las dos universidades, a través del denominado Contrato-Programa, ha ido disminuyendo de forma paulatina, hasta alcanzar, en el caso de la ULPGC, un recorte acumulativo de 22 millones de euros con respecto al año 2008.
A ello se une, ahora, el nuevo anuncio del Gobierno canario de seguir disminuyendo las partidas presupuestarias a las universidades para el año 2012, lo que supondrá, un presupuesto de cuatro millones menos que en 2011. Para José Regidor, Rector de la ULPGC, y para Eduardo Domenech, Rector de la ULL, esta reducción presupuestaria prevista para el año 2012 “es más drástica de lo deseable, y de aplicarse, supondrá una considerable merma en el servicio público que ofrecemos, tanto en el ámbito educativo como en el científico”, señalaron de forma unánime en un comunicado.
El contrato-programa plurianual que las dos universidades acuerdan con el Gobierno canario es la base del modelo de financiación de ambas instituciones. Se trata de un “modelo justo”, a juicio del Gobierno y de los responsables universitarios, puesto que la financiación que otorga la Consejería de Educación a cada universidad siempre debe estar justificada con la consecución de unos objetivos en materia docente, de investigación y de gestión del gasto.
En este sentido, la ULPGC siempre ha cumplido con el 100% de los baremos pactados, y, sin embargo, en estos últimos tres años, ha sufrido importantes recortes de financiación de la Consejería, lo que ha supuesto que sus arcas hayan dejado de ingresar más de 20 millones de euros, que estaban previstos destinar a la construcción de nuevos centros e instalaciones, de vital importancia para el funcionamiento de la institución universitaria, como son el nuevo Edificio de Humanidades en el Campus de Tafira, el nuevo Pabellón de Ingeniería de Telecomunicaciones y la adaptación de aularios y laboratorios a las exigencias del nuevo Espacio Europeo de Educación Superior.
Ante la delicada situación financiera de ambas universidades como consecuencia de estos recortes, ambos rectores se han comprometido a seguir realizando un esfuerzo en la contención del gasto en las dos instituciones. Sin embargo, consideran que si el Gobierno regional no reconoce la deuda generada en estros tres últimos años “no podremos hacer frente a inversiones e infraestructuras ya iniciadas, ni en ampliar y mejorar nuestro catálogo de titulaciones, adecuándolas a los nuevos retos educativos y científicos del Espacio Europeo de Educación Superior”.
Campus de Excelencia
Del mismo modo, los rectores se muestran especialmente preocupados por el desarrollo del CEI Canarias: Campus Atlántico Continental, que ha sido considerado Campus de Excelencia por el Ministerio de Educación, y que permitirá desarrollar varias líneas estratégicas de investigación en las dos universidades canarias. “Este hecho ha supuesto un hito en la historia de las dos universidades canarias, porque se ha reconocido los trabajos de nuestros investigadores por parte de expertos internacionales, y es por ello por lo que nos han concedido un presupuesto de 5,3 millones de euros para continuar nuestra investigación”, señala José Regidor.
Sin embargo, estos fondos, que el Gobierno canario se comprometió a aportar inicialmente, se recibieron con diez meses de retraso, “lo que ha significado, también, un retraso en el trabajo de los grupos de investigación para desarrollar los programas establecidos”. Por tanto, los máximos mandatarios de las dos instituciones de enseñanza superior de Canarias exponen su preocupación por el futuro de los estudios universitarios en las Islas, y, aún siendo conscientes de la grave crisis económica internacional, abogan por mantener unos estándares mínimos de calidad en la enseñanza e investigación universitaria del Archipiélago, que sólo se podrán sustentar si el Gobierno regional desestima la posibilidad de recortar los presupuestos de ambas universidades en el año 2012.