Treinta indicadores universitarios para rendir cuentas a la sociedad
Una tesis doctoral de la ULPGC idea y presenta, por primera vez en España, una herramienta de control fiable para que las universidades se autoevalúen y rindan cuentas a la sociedad en materia académica, de investigación, transparencia, económica y estratégica.
El ejercicio de la rendición de cuentas es, en la actualidad, un “deber” que las instituciones públicas académicas de enseñanza superior han adquirido con la sociedad. No en vano, es la propia sociedad la que financia una gran parte de su actividad y, por tanto, debe ser conocedora de su funcionamiento, y también partícipe de los logros conseguidos y de los que se han quedado por el camino.
Varios expertos han señalado que la rendición de cuentas es el “deber que tienen las instituciones académicas de contribuir al desarrollo de la economía del conocimiento, y, por tanto, el deber que tienen sus líderes de informar sobre cómo sus actividades se relacionan con el logro de ese objetivo, así como el deber de responder, y justificar, su no consecución”.
La tesis doctoral defendida recientemente por Miguel Ángel Acosta, ingeniero industrial y actual secretario general del Consejo Social de la ULPGC, precisamente apuesta por el diseño de una herramienta que permita a las universidades públicas españolas analizar de forma sistemática su rendición de cuentas. De este modo, presenta, por primera vez en España, un sistema de indicadores que permite a una universidad pública autoevaluarse y exponer a la sociedad su actividad en distintos ámbitos: el académico, investigador, económico, estratégico y de transparencia.
“Disponer de un modelo de rendición de cuentas no es sólo necesario para mostrar a la sociedad si la Universidad se está gestionando de forma eficaz y eficiente y si se están consiguiendo los objetivos previstos, sino que también es una herramienta muy útil para autoevaluarse y analizar su evolución temporal, con el fin de tomar medidas correctoras en los casos en los que no se estén logrando los objetivos marcados”, explica Miguel Ángel Acosta.
La tesis destaca que es necesario considerar treinta indicadores universitarios para realizar una rendición de cuentas que abarque la totalidad de la actividad en la Universidad. Y es que tradicionalmente la rendición de cuentas en Europa se circunscribe al ámbito académico, que se evalúa periódicamente con distintos sistemas internos de garantía de calidad de sus titulaciones. “En España, la rendición de cuentas ha estado ligada también a los datos económicos, difundiendo los ingresos y gastos por partidas presupuestarias, y, sin embargo, se ha obviado el análisis de la eficiencia económica de la institución, que debería indicar para qué se ha utilizado el dinero y si ha logrado la consecución de los objetivos”, apunta Miguel Ángel Acosta.
Indicadores
Así, entre los treinta indicadores que plantea el modelo de rendición de cuentas presentado en la tesis doctoral, se incluyen ocho que están relacionados con el ámbito académico, tales como el rendimiento académico de los estudiantes por cada titulación, el número de tesis doctorales leídas en cada curso, la implantación de sistemas de garantía interna de calidad, la inserción laboral de los titulados, la ocupación docente del personal docente e investigador, etc. Pero también, el modelo de análisis incorpora cinco indicadores relacionados con el ámbito de la investigación, desarrollo e innovación que se lleva a cabo en la institución universitaria: los proyectos de investigación competitivos y su peso específico en el presupuesto de ingresos de la universidad, el número de profesores que participan en dichos proyectos, el porcentaje de contratos de transferencia de investigación, etc.
También, y desde la perspectiva económica, se analizan tres indicadores en este modelo de rendición de cuentas: el porcentaje del presupuesto de la Universidad destinado a becas y ayudas al estudiante, los recursos propios generados o la relación entre el resultado presupuestario y los derechos reconocidos y liquidados por la propia universidad. La perspectiva de la transparencia cobra una especial importancia en este modelo de rendición de cuentas, puesto que en este apartado se incluyen doce indicadores que analizan si el centro universitario cuenta con memorias de verificaciones de las titulaciones que imparte y si los publica en su web.
De igual modo se analiza si la universidad hace público, a través de su web, los parámetros de rendimiento académico de sus estudiantes, los aprobados y suspensos por titulación, las guías docentes de sus asignaturas, sus presupuestos y cuentas anuales, la financiación por contratos de investigación, etc. Por último, el modelo de rendición de cuentas analiza si la Universidad cuenta con un plan estratégico institucional y, lo más importante, si dispone de herramientas constatables que realicen un seguimiento periódico de este plan estratégico.
“La gran novedad que aporta esta herramienta de indicadores, en las que se analizan treinta acciones de la universidad a través de ecuaciones matemáticas sencillas y respuestas binarias, es que se rinde cuentas a la sociedad desde todas las perspectivas en las que se puede abordar el trabajo de la Universidad, y esto, además, permite disponer de un elemento que muestre las mejoras que son posibles ejecutar para alcanzar los retos que se marca la institución”.
En la tesis, a la que el tribunal otorgó un sobresaliente cum laude, se abordó este análisis en cuatro universidades españolas: la ULPGC, la Universidad de Cantabria, la Universidad Rovira i Virgili y la Universidad Carlos III de Madrid.
En el caso de los resultados arrojados en la ULPGC, Miguel Ángel Acosta ha destacado que su funcionamiento y actividad es muy equilibrado, ya que la gran mayoría de sus indicadores muestran un nivel aceptable en su ejecución.