Crear materiales biodegradables con residuos vegetales
Un equipo de investigadores de los Departamentos de Ingeniería de Procesos e Ingeniería Mecánica de la ULPGC lidera un novedoso proyecto europeo que aspira a obtener fibras de uso industrial a partir de especies vegetales invasores de la Macaronesia.
Desde el año 2008, un grupo de investigadores de la ULPGC trabaja en torno al uso de fibras vegetales para crear materiales biodegradables de uso industrial. Así, hace varios años, estos profesores fueron los primeros en idear una fórmula que permitiera combinar los desechos de las plataneras con materiales poliméricos y así crear nuevas piezas plásticas más ‘respetuosas’ con el Medio Ambiente, puesto que cumplían una doble función: se reutilizaban desechos vegetales y se creaban nuevos materiales compuestos más biodegradables, menos dañinos para el entorno natural.
De este modo, y ya que en la actualidad aún siguen experimentando en torno a esta novedosa técnica, los. expertos de la ULPGC se han convertido en un referente internacional en extracción de fibras vegetales para su uso industrial, lo que les ha avalado para que la Unión Europea, a través de una financiación de 800.000 euros de sus Fondos FEDER, apueste por una nueva iniciativa que ponen en marcha con la colaboración de la Universidad de Madeira, la Universidad de Azores, el Jardín Botánico Canario Viera y Clavijo (Cabildo de Gran Canaria) y la Fundaçao Gaspar Frutuoso, a través de un proyecto financiado en el programa INTERREG MAC.
Es el denominado proyecto Ecofibras: un proyecto que aspira a que las fibras vegetales de algunas especies invasoras de la región de la Macaronesia tengan un valor industrial como refuerzo en los materiales plásticos.
Así, los profesores del Grupo de Investigación Fabricación Integrada y Avanzada, entre los que se encuentran, Antonio Benítez y Zaida Ortega del Departamento de Ingeniería de Procesos de la ULPGC, decidieron abordar los ecosistemas que en Canarias están afectados por las denominadas plantas invasoras, “aquellas que son perjudiciales para el entorno natural, y que en el Archipiélago se consideran plagas, por ser muy peligrosas para el resto del medio”, explican.
En el proyecto Ecofibras han definido, junto a Madeiras y Azores, las plantas invasoras más comunes: las popularmente conocidas como caña, pita, rabogato y el tártago. Aunque el nombre algunas de ellas nos suene algo desconocido, son plantas muy reconocidas en muchos parajes de las islas, situadas en los bordes de carreteras y barrancos.
Fases del proyecto
“Ecofibras pretende, por un lado, servir como un instrumento más para la erradicación de estas plagas vegetales, y, al mismo tiempo, darles un valor añadido en los
procesos industriales”, señala Antonio Benítez.
De este modo, Ecofibras se estructura en tres fases de trabajo. La primera de ellas estará centrada en el estudio de los ecosistemas más afectados por estas plantas invasoras, y de sus ciclos reproductivos, para que, cuando se lleve a cabo su recogida para el proyecto, no genere una diseminación de semillas que pueda provocar un mayor incremento de estas especies. Esta labor se desarrolla conjuntamente, en los tres territorios.
En la segunda fase del proyecto, el papel de las ULPGC es vital, puesto que sus investigadores se centrarán en la extracción de las fibras vegetales de cada planta y la caracterizarán, “con el fin de realizar ensayos con plásticos y ver cómo interactúan y qué propiedades nos pueden ofrecer”.
Y, en una última fase, se evaluarán los residuos restantes de las plantas tras la extracción de sus fibras, para su reutilización como abono orgánico, entre otros potenciales usos.
El objetivo final es crear nuevos materiales de carácter más biodegradable para la industria, lo que favorecerá un desarrollo más sostenible de nuestro Medio Ambiente.