La ilusión de ser universitario
Lara, Agustín, Javier, Raúl, Naomi, Judith, Irene o Sergio son algunos de los estudiantes de Bachillerato que vivieron la experiencia de entrar un día en las aulas, laboratorios y residencias de la ULPGC antes de iniciar sus estudios universitarios. Fueron los protagonistas de la Jornada de Puertas Abiertas de la Universidad grancanaria.
“Mi hija ha venido a la Facultad de Veterinaria con la idea de especializarse en reptiles, pero creo que ha empezado a descubrir nuevas posibilidades que desconocía y a lo mejor cambia su idea”, explicaba Carmen Delia Herrera, tras asistir a la charla que el decano ofreció a los estudiantes de Bachillerato que se acercaron a Veterinaria durante las Jornadas de Puertas Abiertas celebradas por la ULPGC.
Carmen Delia acompañaba a su hija, la única del Instituto Nelson Mandela de Santa Brígida, un centro rural de la isla de Gran Canaria, “porque siempre le ha gustado mucho el mundo de la veterinaria y yo quería ver con ella el centro universitario donde pretende estudiar los próximos años”.
Junto a ella, también se dieron cita estudiantes de otras islas. Lara, Agustín, Javier, Raúl y Naomi llegaron desde La Orotava, Tenerife, para ver de cerca las instalaciones y laboratorios de la Facultad de Veterinaria de la ULPGC. “Las instalaciones están geniales, ahora lo que nos preocupa es alcanzar la nota en la EBAU porque en este centro existe mucha demanda”. Junto a la estudiante de Doctorado de la ULPGC, Itaí Negro, visitaron el animalario, las aulas, los laboratorios y el entorno del centro, ubicado en el Campus de Arucas. “Tienen que tener claro que el primer año no verán animales”, les explicaba, “y que hay asignaturas que deben estudiarse todos los días, como Anatomía, porque es la base de esta carrera”. Itaí escuchaba las principales preocupaciones de los jóvenes que en breve llenarán las aulas universitarias: el horario, las horas prácticas, el tipo de especialidad que más les atrae… “Es normal que al principio todos quieran especializarse en Veterinaria Clínica, pero cuando comiencen sus estudios, muchos de ustedes cambiarán de idea en función de las asignaturas que se les den mejor, y, a lo mejor, se deciden por especializarse en Seguridad Alimentaria, como me ha pasado a mí”.
Mientras, el decano respondía a mil y una preguntas, pero también reflexionaba con estos chicos. “¿Cuántos han desayunado hoy por la mañana algún alimento de origen animal?”. Todos levantaron la mano. “¿Y cuántos se lo han comido sin plantearse previamente que pudieran estar en mal estado?”. Nadie. “Pero, ¿si hubiesen desayunado en un país como Burkina Faso, tampoco se lo hubiesen planteado’”. Y es ahí cuando comenzó el murmullo. “Esto es la Seguridad Alimentaria”, explicó el decano. “Tengan claro que no solo vamos a trabajar con animales. También trabajaremos con sentimientos, con personas, trabajaremos el lado humano… no sólo curaremos enfermedades”.
La especialización en Ingeniería
Por otro lado, en el edificio de Ingenierías, en el Campus de Tafira, un grupo de universitarios exponían los diversos trabajos y proyectos que desarrollan en cada especialidad, y hasta allí se acercaban grupos de aspirantes universitarios para preguntar todo tipo de curiosidades. “¿Dónde podremos trabajar?”, “¿Hay que hacer muchas prácticas en la carrera?”, “¿Qué tal son los profes?”… Cristina y Sara, estudiantes de Ingeniería en Diseño Industrial mostraban ejes, juguetes de chapa, prototipos para soportes móviles… “Son piezas que realizamos en el Laboratorio de Tecnología Mecánica”, explicaban, mientras señalaban que Diseño Industrial “es uno de los pocos grados de la ingeniería en el que conviven asignaturas técnicas y de áreas humanísticas”.
Andrea, estudiante de Veterinaria, se desplazó a Ingeniería para ofrecer una nueva visión de estos grados. “Las ingenierías nos ofrecen muchas soluciones al campo de la Veterinaria, como el desarrollo de chips para mascotas o animales de producción, maquinarias que necesitamos para operar a animales, o para el campo de la
acuicultura, que está tan de actualidad”.
Sergio clavaba sus ojos en otros dos estudiantes de Ingeniería Electrónica, que le enseñaban, junto a su madre, varios proyectos mientras le daban una nueva visión de las posibilidades laborales de un ingeniero. “Vine porque estaba muy interesado en que me informaran sobre la Ingeniería Mecánica, pero estas Jornadas me han dado la posibilidad de ver otros tipos de ingeniería que me están llamando mucho la atención, como la electrónica”. Su madre, satisfecha por esta jornada de visitas, destacaba que, sobre todo “nos han quitado ese miedo inicial con el que veníamos” y se mostraba muy orgullosa del nuevo período de formación al que accedería su hijo en pocos meses: “para mí es un sueño que entre en esta Universidad y yo le daré mucho aliento en estos años de estudio”.
Otras dos estudiantes de Tenerife, Judith e Irene, le hacían “un tercer grado” a las estudiantes de Informática. “Venimos de La Laguna, y hemos asistido a un taller de videojuegos porque lo teníamos claro, aunque tras hablar con las estudiantes de esta titulación igual cambiamos de idea y en vez de especializarme en diseño gráfico, me dedico a estudiar Ingeniería Informática, que me aporta los conocimientos que necesito en programación”. Ambas, además, visitaron la Residencia Universitaria y se informaron del sistema de transportes en el campus de Tafira. “Nos ha impresionado las habitaciones de la residencia, son muy modernas e interactivas, y los estudiantes que estaban en ella han sido muy amables con nosotras y nos han ayudado mucho”.
Un día de experiencias inolvidables y de ilusión por el futuro académico que les espera. La ULPGC les abrió sus puertas y les enseñó que la Universidad es mucho más que asistir a clases en el aula. Es una nueva etapa formativa, pero también de vida.
