Emprendedores: la asignatura pendiente
Cinco mujeres emprendedoras, empresarias y tituladas por la ULPGC. Ellas visibilizan una auténtica carrera de obstáculos que se inicia en el momento de poner en marcha nuevos proyectos e ideas empresariales.
Crear una ‘Universidad Emprendedora’. Una universidad que ponga en marcha un espacio de reflexión y ayuda para aquellos estudiantes con vocación de emprender nuevos negocios. Es la gran demanda de muchos jóvenes, titulados universitarios, que se encuentran con una auténtica carrera de obstáculos al intentar materializar un proyecto empresarial durante sus últimos meses de estudio o tras graduarse.
Miriam, Rita, Patricia, Pepi y Gloria son un vivo ejemplo de perseverancia y superación. Estas cinco mujeres se formaron en la ULPGC y en la actualidad dirigen sus propias empresas. El Vicerrectorado de Empresa, Emprendimiento y Empleo ha querido visibilizar sus proyectos y sus experiencias, mostrarlas al resto de la comunidad universitaria y reflexionar sobre los principales pilares que la Universidad puede instaurar para arropar a sus egresados en la incierta etapa de emprender en el mundo laboral, “porque al principio nos sentimos muy solas”, explican estas jóvenes empresarias.
Patricia Cabrera y Pepi Nuez son socias en la empresa P&P, una consultoría de pequeñas empresas y autónomos. “Nos caracterizamos porque no trabajamos para el cliente, sino con el cliente”, explican para destacar su mayor cualidad y su ventaja profesional en un mercado tan saturado de asesores. Y en esta andadura profesional que ya alcanza los cuatro años de existencia, ambas reconocen que “no hemos terminado de desvincularnos de la Universidad, porque seguimos contactando con muchos de nuestros profesores, en Dirección y Administración de Empresas, para consultar dudas o nuevos planteamientos y estrategias de negocio para nuestros clientes”.
Tanto Patricia como Pepi tenían claro, antes de finalizar sus estudios en la ULPGC, que querían poner en marcha este nuevo negocio, “porque lo que queríamos hacer no era posible trabajando para un tercero”. Se apuntaron en un programa de emprendimiento impulsado por la ULPGC, y a partir de ahí, creció y maduró lo que hoy es su empresa. “Para nosotras es muy buena noticia que, por primera vez, en la ULPGC exista un Vicerrectorado de Empresa y Emprendimiento, porque esto favorecerá la interconexión de experiencias de egresados en el mundo laboral y permitirá crear equipos multidisciplinares para emprender, estableciendo sinergias de trabajo que interesen a todos”.
Por su parte, Rita Remache, también egresada de Administración y Dirección de Empresas, vivió una experiencia más dura en sus inicios. “Busqué varios apoyos dentro de la Universidad pero me fue muy difícil encontrarlos”, explica. “Al final, los encontré en la Cámara de Comercio”. Allí le ofrecieron la ayuda y financiación necesaria para iniciar un novedoso proyecto de albergue juvenil en Gran Canaria, una idea que gestó durante sus años de Erasmus en varios países de Europa. Hace tan solo un año y medio que ha puesto en marcha este albergue, Canary Sun Hostel, y está siendo una experiencia muy gratificante. “Sin embargo, se echa de menos que las universidades nos den un empujón inicial, que nos arropen con las primeras ideas de negocio, siempre que estén bien analizadas y tengan un buen plan de viabilidad”.
Lo mismo opina Miriam Rodríguez, gerente de la empresa familiar Artenatur, dedicada al turismo rural en casas cueva: “Es importante que la Universidad se adapte al mundo real, que nos aporte una mayor conexión con las empresas, y que nuestra formación esté más relacionada con lo que nos encontraremos en la calle”. Ella ha hecho del turismo rural su medio de vida, tras rescatar una actividad de ocio que puso en marcha su padre. “Yo he profesionalizado esta actividad, tras rehabilitar varias casas en el municipio de Artenara “y he innovado, gracias al ‘método’ de prueba y error y a participar en un programa de innovación impartido por la ULPGC”, en donde un profesor de esta Universidad fue su mentor.
Por otro lado, la ingeniera Gloria Eisman, ha puesto el énfasis de lo doblemente duro que ha sido emprender en el mundo de la ingeniería, un sector tradicionalmente masculino. “Yo trabajaba en una empresa de proyectos antes de la crisis, pero con el desmoronamiento del ciclo de la construcción vi que tenía que modificar mi modelo de negocio y volví a la Universidad, a un instituto de investigación universitaria, a buscar con ellos nuevos nichos”. En el Instituto para el Desarrollo Tecnológico y la innovación en Comunicaciones (IDeTIC) encontró un gran aliado. “Apostamos por el conocimiento, que es muy arriesgado, pero que termina dando sus frutos a largo plazo”. Allí se creó la empresa Lightbee, dedicada a las comunicaciones por luz visible, una tecnología muy emergente gracias a la que ha conseguido ser la primera empresa en Canarias que usa tecnología led en móviles o para el control de accesos. Su éxito ha sido tal que ha logrado una financiación europea de un millón de euros.
Estas cinco mujeres se dieron cita recientemente en el Gran Canaria Summit San Francisco Women Enterpreneurs Forum, que se organizó en la ULPGC y que sirve de puente de colaboración entre emprendedoras de Europa, América y África, y una oportunidad única para conectar a las emprendedoras canarias con el resto del mundo. Es una de las primeras citas del año que tiene previsto el Vicerrectorado de Empresa, Emprendimiento y Empleo de la ULPGC, que ha puesto en marcha un nuevo espacio de reflexión denominado FUTURA-T, en donde se visualizarán distintas propuestas emprendedoras y de creación de empresas. “Será un espacio dirigido a nuestros estudiantes, principalmente, para que puedan ordenar su futuro junto a nosotros y se sientan arropados en el proceso de iniciar su actividad laboral”, explica la vicerrectora Rosa Batista. “Pero también queremos hacerlo extensivo al profesorado y al personal de administración y servicios de esta institución, para poner los cimientos de una auténtica ‘Universidad Emprendedora”.
