Tomando el pulso del mercado laboral

31/05/2018

Tomando el pulso del mercado laboral

Todos los inicios son duros y cargados de incertidumbre. Sin embargo, para los universitarios, la primera toma de contacto con el mundo laboral comienza a ser más amable gracias a iniciativas como las Becas Emplea de la Fundación DISA.

 

Mundo universitario y mundo laboral se dan la mano para ofrecer nuevas oportunidades a los titulados universitarios que comienzan el duro camino de darse a conocer en su sector profesional. Las nuevas iniciativas que ponen en marcha algunas empresas o fundaciones, en colaboración con las universidades, están resultando todo un éxito entre los egresados, que valoran especialmente la oportunidad que se les brinda de tomar contacto con el mundo laboral.

 

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Este es el caso de las Becas Emplea que financia la Fundación DISA y que, a través de la Fundación Universitaria de Las Palmas (en el caso de los estudiantes de la ULPGC), fomenta la inserción laboral de jóvenes canarios con la realización de prácticas remuneradas en pymes del archipiélago. Una iniciativa que abre una doble vía de apoyo y colaboración: por un lado facilita la primera experiencia profesional de muchos universitarios; y, por otro, acerca a la pyme el nuevo talento profesional y le ofrece la oportunidad de valorar si puede serle útil en su modelo de negocio.

 

Así lo viven Alejandro Falcón, titulado en Enfermería por la ULPGC, y el dueño de del centro médico en donde realiza sus prácticas con DISA, el doctor Rodrigo Sanz, de la Clínica Salud y Belleza Siglo XXI. En la actualidad, Alejandro ya lleva trabajando tres meses y sus prácticas finalizarán a final de agosto. Para él, “esta es una oportunidad única que me permite trabajar durante seis meses y conseguir la experiencia que me requieren en todas las ofertas de trabajo que salen al mercado laboral”.

 

Además, se siente muy identificado con el negocio en el que realiza sus prácticas, “porque yo me he especializado en nutrición y estética y estas prácticas me permiten ser aún más competitivo en este sector profesional, ya que me ha acercado a los quirófanos y a cirugías nuevas”.

 

Para el Doctor Rodrigo Sanz, esta experiencia es muy enriquecedora, “por varios motivos”, explica. Por un lado, comenta que gracias a este tipo de becas, las pymes pueden tener entre sus empleados a nuevos profesionales sin un excesivo gasto, pero la principal ventaja, a su juicio, es “que estas becas nos permiten formar en la práctica a profesionales jóvenes, que viene con muchas ganas de aprender y que le ponen mucha dedicación, y de esta manera, yo también aprendo de ellos y decido si, finalmente su perfil puede ser adecuado para contratarle posteriormente en mi empresa”. Es una forma de “romper ese periodo ventana de prueba laboral”.

 

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Octavio Yánez, titulado de Arquitectura por la ULPGC también se encuentra viviendo esta gran posibilidad laboral, en este caso, en la isla de Lanzarote, en el estudio de arquitectura 3TUDIO, junto al arquitecto Alejandro Muñoz, su tutor en esta iniciativa impulsada por la Fundación DISA. Para él, esta no es su primera experiencia laboral, pero la beca “es una oportunidad de seguir acumulando ‘horas de vuelo’ y una manera de descubrir diferentes formas de enfocar la vida profesional”.

 

Siempre consideró que faltaba ese “link” entre las formación universitaria y el contacto real con el mundo profesional, por lo que esta iniciativa es muy interesante “y creo que es vital seguir fomentándolas, sobre todo en las islas no capitalinas, donde no están la gran mayoría de los centros universitarios”.

 

En su caso, se decidió a trasladarse a Lanzarote “e invertir en conocer la realidad profesional de esta isla, para así abrir nuevas vías y salir un poco de mi zona de confort”. Por su parte, su tutor, el arquitecto Alejandro muñoz, explica esta iniciativa como “una relación simbiótica donde ambas partes salimos beneficiadas, ya que sin duda es una experiencia enriquecedora”. Él asegura que de lo que se habla siempre, en estos casos, es del beneficio para el becario, “y suele quedar en un segundo lugar lo que aporta un recién egresado a una empresa, y me gustaría ponerlo en valor, porque es un soplo de aire fresco”.

 

Estos programas de inserción laboral le han ayudado mucho en su trabajo diario, en su estudio de arquitectura. “Los chicos que nos vienen becados son gente libre de ataduras, que aportan frescura y, dado que viene de una etapa académica, por ellos fluye la creatividad”. Así, destaca que “la juventud no la vemos como un hándicap, todo lo contrario, es sinónimo de ímpetu y casi siempre va aparejada al anhelo de aprender y proponer nuevas cosas”.

 

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Lucía Méndez es titulada en ingeniería, y se muestra muy agradecida por la oportunidad que le brindan estas prácticas remuneradas en la empresa Subsea Mechatronics, una empresa dedicada al diseño, la ingeniería e I+ D que desarrolla productos especializados y servicios de ingeniería para los sectores marino, aeroespacial y biomédicos, entre otros. Su tutor en la empresa es Aarón Martínez, y junto a él, Lucía ha iniciado su andadura profesional. “Es cierto que las prácticas en empresa dentro de los estudios universitarios son de gran ayuda, pero a la hora de buscar un primer empleo, la mayoría de las empresas suelen buscar aspirantes con bastante más experiencia que la de un recién egresado”, señala.

 

Ella recomendaría estas becas a otros compañeros, porque “para los recién egresados el salto de terminar los estudios a tener un primer empleo suele ser muy complicado, y este tipo de prácticas es una buena forma de adaptarse al cambio”. El buen ambiente que ha habido siempre en la empresa en la que se encuentra haciendo las prácticas es uno de los principales aspectos que destaca.

 

Para Aarón, la incorporación de Lucía a la empresa ha sido un revulsivo, “porque ofrece ideas frescas y ganas de aprender, y es muy importante esta actitud ya que crea un muy buen ambiente con los compañeros, y estos se ven muy motivados a la hora de enseñarle”. En su empresa se sintieron muy animados a participar en las becas Empela de DISA porque recientemente han comenzado a buscar nuevas incorporaciones laborales. “La actividad de esta empresa es un poco rara en Canarias porque no hay muchas empresas que se dediquen a la mecatrónica y a la robótica marina, por lo que no solemos encontrar perfiles que encajen mucho, y, por tanto, vemos necesario hacer una formación activa a la persona que se incorpora”. Estas becas han permitido a la empresa potenciar esta formación específica y habilidades.

 

Las tres experiencias, la de Alejandro, Octavio y Lucía, tiene un común denominador: el beneficio y formación mutua de egresado y empresa. Ese “link” tan primordial para que las pymes canarias se conviertan en grandes competidoras en un mercado tan global.