¡Atención! Peces aptos para el consumo en Canarias
La ULPGC cuenta con un laboratorio que analiza la presencia de ciguatoxinas en los pescados que consumimos los canarios.
La ciguatera es una intoxicación alimentaria asociada a pescados contaminados con ciguatoxinas como consecuencia de ingerir un tipo de microalgas muy nocivas para el ser humano.
En el mundo se ha detectado, en los últimos años, un incremento importante de estas intoxicaciones que pueden causar hasta la muerte en casos muy extremos. En Canarias, concretamente desde el año 2004, se han detectado casos de intoxicación por ciguatera en 116 personas, que en su mayoría no han revestido una gravedad extrema pero que produce algunos efectos físicos muy molestos y de hasta un año de duración: bajadas de tensión arterial y somnolencia o secuelas neurológicas a modo de ‘pinchazos’ en las extremidades (manos y pies). “Son secuelas que, por el tiempo que permanecen ‘instaladas’ en el ser humano, pueden causar cuadros depresivos en los pacientes”, explica el catedrático de Sanidad Animal de la ULPGC, Fernando Real, que dirige el nuevo Laboratorio de Control de la Ciguatera y Enfermedades de Peces.
Este laboratorio, que recientemente ha ampliado y mejorado sus infraestructuras y recursos, es el principal agente de control de la ciguatera en Canarias. Es el encargado de poner en marcha el protocolo de actuación para la detección de ciguatoxinas en los pescados que consumimos los canarios en los puntos de venta autorizados. “Este protocolo es un referente mundial, ya que favorece que en Canarias exista un especial control de la seguridad alimentaria y que los canarios tengamos la absoluta tranquilidad de comer pescado en buen estado”, destaca Fernando Real. A diferencia de otras comunidades o países, el protocolo de seguridad alimentaria instalado en Canarias, gracias a la labor diaria de los expertos de este laboratorio, permite garantizar un consumo sin riesgo de los pescados de nuestras costas.
“El cambio climático y el aumento de la temperatura de los océanos son, probablemente, las causas que han generado, en nuestras costas, la presencia de microalgas responsables de ciguatera”
En otros lugares del mundo, tras el descubrimiento de casos de ciguatera, los gobiernos prohíben la pesca. En el caso de Canarias, el trabajo de este laboratorio es una excelente noticia para el sector pesquero, que, a través de sus cofradías, envían diariamente al laboratorio aquellos pescados con un tamaño (tallas) superior al usual y que pueden ser susceptibles de portar esta toxina. Porque los estudios demuestran que los pescados con tallas más grandes y con una alimentación básicamente carnívora son los que más riesgo tienen de portar la toxina.
El proceso es muy sencillo y rutinario: el Laboratorio de Control de la Ciguatera recibe una muestra del pescado enviado por los pescadores o sus cofradías y en tan sólo cinco días la analizan para determinar si la totalidad de esa pesca (y que se inmoviliza congelándola hasta obtener los resultados) es apta para su consumo o si, por el contrario, se detecta que puede producir intoxicación
El Laboratorio recibe más de mil muestras de pescados al año para analizar, procedentes de todas las cofradías del Archipiélago, y los resultados demuestran que menos del 10% de ellas son positivas a la presencia de ciguatoxina. En estos casos, se procede al decomiso de todos los pescados positivs, ofreciendo, de esta manera, una garantía absoluta al consumidor.
Otros servicios
El Laboratorio de la Ciguatera y Enfermedades de Peces cuenta con un personal fijo de tres veterinarios con contratos o becas con cargo a proyectos en la ULPGC: Natalia García, Andrés Sánchez y Carolina de Sales, y además con un veterinario contratado con cargo a la subvención del Gobierno de Canarias: Freddy Silva. Junto a ellos también trabajan diariamente otros dos veterinarios profesores de la ULPGC: María José Caballero y Daniel Padilla, recibiendo apoyo de Manuela Martel (técnica de laboratorio) y Ana Gutiérrez (becaria de investigación).
Sin embargo, al laboratorio también están vinculados otros profesores y catedráticos de la ULPGC, ya que la labor de este centro trasciende el control de la ciguatera ya que es, además, laboratorio estratégico para el seguimiento de otras enfermedades de peces que se producen en ámbitos como el sector de la acuicultura, en donde se estudian algunas afecciones que producen la muerte de determinadas especies de pescado o que merman su crecimiento o producción.
Del mismo modo, los expertos que trabajan en este laboratorio están inmersos en el proyecto Eurocigua, un proyecto en el que participan 14 organizaciones europeas para determinar el riesgo de la ciguatera en Europa y llevar a cabo un protocolo de actuación más global que garantice un consumo de pescado sin riesgo.