Lecciones de vida, de ida y vuelta

31/10/2018
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Lecciones de vida, de ida y vuelta

El rechazo social a las personas que han cometido algún delito es uno de los principales estigmas de aquellos presos que finalmente consiguen su libertad e intentan rehacer sus vidas tras varios años en prisión. La baja autoestima y la ausencia de habilidades sociales se suman como factores en su contra a la hora de iniciar un nuevo proyecto laboral o familiar. Y es en la misma prisión, donde cumplen sus condenas, donde se hace más necesaria la ‘escucha activa’ a este colectivo, cuyo objetivo es reinsertarse en la sociedad.

prision del salto del negro

Desde hace varios años, los estudiantes del Grado en Educación Social de la ULPGC han logrado ser auténticos mentores, y en algunos casos ‘grandes aliados educativos’, de aquellos internos que muestran su sana intención de reinsertarse como buenos ciudadanos tras ‘pagar’ con la justicia. Así, los universitarios trabajan con ellos a lo largo del año en diferentes talleres de formación que promueven un proceso de cambio en la persona. “Somos su acompañamiento, sus guías, en estos proyectos formativos que ponemos en marcha en las prisiones”, explican.

Los estudiantes del Grado en Educación Social de la ULPGC han logrado ser ‘grandes aliados educativos’, de los internos en prisión que muestran su sana intención de reinsertarse en la sociedad

Zeneida y Yanira son egresadas de la ULPGC que el curso pasado realizaron sus prácticas universitarias en la Prisión del Salto del Negro bajo la tutela del profesor Manuel de Armas. “Con las prácticas universitarias, que están directamente relacionadas  con algunas de las asignaturas optativas del Grado de Educación Social,  damos respuesta a algunas de las necesidades sociales y formativas que nos transmiten los responsables de las prisiones en Gran Canaria”, explica el profesor del Departamento de Educación de la ULPGC. De este modo, los estudiantes de Educación Social, bajo la dirección del profesor, comienzan su labor de apoyo presentando un proyecto formativo que pueda ser de interés para un colectivo de internos, dando respuesta, así, a sus necesidades.

Charlas y talleres

Durante tres meses intensos, Zeneida y Yanira trabajaron junto a varios internos en el Programa de Atención Integral a Enfermos Mentales, ofreciendo charlas prácticas y talleres especiales sobre la autoestima y los hábitos de higiene. “Fue una experiencia muy gratificante, porque estaban muy motivados”, explican ambas. “Te agradecen lo que haces por ellos porque, en cierta forma, nuestros talleres y encuentros les ayudan a evadirse de la situación de falta de libertad que están sufriendo”. Tanto Zeneida como Yanira coinciden en valorar muy positivamente esta experiencia, tanto desde el punto de vista humano como profesional, “porque se trata de la ‘prueba de fuego’ para conocerte a ti misma y saber si estas preparada para afrontar la vida laboral de un Educador Social”. Una prueba que superaron ‘con nota’ y que, juicio de ambas, “nos ha dado una lección de vida”.

“Te agradecen lo que haces por ellos porque, en cierta forma, nuestros talleres y encuentros les ayudan a evadirse de la situación de falta de libertad que están sufriendo”

Y en este mismo camino se están iniciando Patricia, Sara y Andrea, estudiantes de cuarto curso de Educación Social que este mes de octubre han comenzado sus primeras visitas a la Prisión del Salto del Negro, para trabajar en dos nuevos proyectos socioeducativos: el Programa Motivacional anti Tabaco (PEMOTA 2) y el Programa de Pensamiento Prosocial (PPS). En el caso de Andrea, esta experiencia no es novedosa, porque ya había participado en un programa de voluntariado en prisiones. “Me he dado cuenta de que la función del Educador Social es muy necesaria en las prisiones y hay muy poca presencia de este tipo de profesionales, que, en muchos casos, se ejerce con muy buena voluntad por parte de algunos funcionarios con muchos años de experiencia en prisión pero que necesitan de una cualificación especial para ello”.

entrega de la medalla de prisiones

Las tres estudiantes de Educación Social ‘tomaron el pulso’ a los internos en su primer día de visita a la cárcel, “porque nos invitaron a participar en un programa de radio que hacen ellos mismos y nos expresaron su interés en que les ayudáramos a mejorar su autoestima con talleres y programas formativos especiales”.

El reconocimiento de los responsables de Instituciones Penitenciarias a la labor profesional que llevan a cabo estos estudiantes tutelados por el profesor Manuel de Armas y por la Decana de la Facultad de Ciencias de la Educación, se ha materializado en la reciente Medalla de Bronce al Mérito Social Penitenciario, una distinción estatal que le ha otorgado a la ULPGC el Ministerio de Interior. Sin embargo, para el profesor Manuel de Armas y sus estudiantes, esta labor educativa y social se complementa con auténticas lecciones de vida, de ida y vuelta.