La experiencia Erasmus de Eligia y Amaya: un acto de “generosidad”

30/11/2018
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La experiencia Erasmus de Eligia y Amaya: un acto de “generosidad”

Amaya y Eligia en el rectorado

Eligia Rodríguez es profesora de Parasitología de la ULPGC, en la Facultad de Veterinaria; y Amaya Marquina es, en la actualidad, estudiante del Máster de Sanidad Animal y Seguridad Alimentaria de la ULPGC. La complicidad entre ambas se percibe de lejos, en sus ojos. Se miran y se les ilumina la cara, y se ríen a carcajadas, por contagio. La experiencia Erasmus + que vivieron en Alemania les ha unido aún más, si cabe.

 

Amaya Marquina llegó a la Facultad de Veterinaria de la ULPGC hace diez años, cuando la profesora Eligia Rodríguez ocupaba el cargo de Vicedecana de Estudiantes y Movilidad. Desde el primer momento sus vidas se cruzaron. “Amaya tiene una discapacidad, tiene Síndrome de Asperger, y necesitaba tener una tutora especial en el centro que le ayudara en su día a día, y esa fui yo”, explica la profesora de Veterinaria. “Desde el primer momento pensé que el Síndrome de Asperger (trastorno que forma parte del espectro autista y que afecta a la interacción social del individuo) no podía ser un obstáculo para que Amaya viviera una experiencia de intercambio en otra universidad cuando avanzara en los cursos de su carrera, así que comencé a informarme de las posibilidades que ofrecía el Programa Erasmus + para estudiantes con discapacidad”.

La gran sorpresa para Eligia fue que este programa europeo solo contemplaba una partida económica especial para los estudiantes que necesitaran ir acompañados de un tutor, que podía ser una persona ajena a la Universidad (un familiar o amigo), principalmente para ayudarles en cuestiones de índole física, pero no en su formación. Así que Eligia ideó otra solución: acompañarla ella misma, como profesora investigadora de la ULPGC, y prestarle su apoyo en lo concerniente a su vida personal y adaptación social, pero también en la planificación de sus actividades y formación en la universidad europea que decidieran ambas. Y así fue.

El pasado mes de mayo, Eligia y Amaya consiguieron una beca Eramus + para realizar una estancia de dos meses en la Universidad de Hannover, en la Facultad de Veterinaria, una de las mejores de Europa. “Lo conseguimos gracias a la implicación de la ULPGC, que me ofreció una ayuda económica adicional para acompañar a Amaya como PDI, aunque esta figura de tutor-profesor aún no está reconocida en la convocatoria Erasmus y creemos que es fundamental”, explica la profesora de Veterinaria.

Amaya llevó a cabo su Trabajo Fin de Grado en el Departamento de Farmacología de la Universidad de Hannover:  “Ha sido una de las mejores experiencias de mi vida y sin duda volvería a repetirla”

 

Una experiencia que han calificado profesora y alumna como única y excepcional, gracias, también, a la gran dedicación de los profesores de la Universidad de Hannover, que previamente coordinaron con Eligia Rodríguez el trabajo que podría realizar Amaya durante su estancia en Alemania. De este modo, Amaya llevó a cabo su Trabajo Fin de Grado en el Departamento de Farmacología de la Universidad de Hannover, “y ha sido una de las mejores experiencias de mi vida y sin duda volvería a repetirla”, destaca.

Sin embargo, esta decisión le costó mucho al principio. “La gran ansiedad es una de las características que más afectan a las personas con Síndrome de Asperger”, explica Eligia Rodríguez, “por eso fue Amaya y eligió en el rectoradofundamental organizarlo todo previamente para que la estancia de Amaya en Hannover fuera lo más agradable posible, se sintiera segura y aprovechara el tiempo al máximo”.

De este modo, en la primera semana en Hannover, profesora y alumna se dedicaron a conocer el entorno: la ciudad, cómo moverse en transporte público, cómo y dónde hacer una compra de alimentos, realizar el trayecto a la Universidad… Y posteriormente, a establecer relaciones sociales y académicas en la propia Universidad. “Uno de los factores que más ayudó a Amaya fue la decisión de que viviéramos en residencias separadas: ella en la residencia de estudiantes y yo en la de profesores, lo que le permitió hacer buenas amistades con otras estudiantes y le ayudó a socializarse”.

Amaya volvería a repetir este viaje, sin duda. “De pequeña lo pasé muy mal y toqué fondo, hasta sufrir una gran depresión”, explica. “Llegué a la Universidad y mis primeros años fueron duros, porque tenía una ‘coraza’ y me era muy difícil manifestarme como una persona diferente”. Sin embargo, su tesón y la ayuda de Eligia han sido determinantes para que ella ahora se muestre mucho más segura de sí misma: “Me dí cuenta que, al contar mi enfermedad, la gente me ayudaba y me fui abriendo poco a poco, porque la gente me entendía, y si te entienden, te quieren igual”.

Esta decisión fue un refuerzo para su autoestima y su evolución académica. “Amaya cuenta con un alto nivel de inglés, y ahora también tiene nociones de alemán, por lo que cuenta con una doble competencia lingüística envidiable”, explica su profesora, orgullosa de su ‘gesta’ en Alemania.

Eligia admite que esta experiencia le sirvió para mejorar: “Tuve tiempo para escribir, estudiar… y la posibilidad de colaborar con otros profesores de patología de peces en la Universidad de Hannover”

 

Por su parte, para Eligia, su papel de profesora-tutora-mentora en esta experiencia Erasmus, también ha sido muy positiva. “A mí también me sirvió para mejorar. Tuve tiempo para escribir, estudiar, pensar… pero a nivel profesional también tuve la posibilidad de colaborar con otros profesores de patología de peces en la Universidad de Hannover, que es la disciplina en la que trabajo diariamente”.

Por eso, Eligia Rodríguez es rotunda al manifestar que “es necesario que se reconozca esta figura de tutor-mentor del PDI, acompañando a estudiantes con otras capacidades, en la convocatoria Erasmus, en donde ambos ganan y aprenden y, además, se promueve la implicación de las universidades socias del programa con personas discapacitadas o con capacidades diferentes”.

Un diario muy especial

Antes de iniciar la experiencia Erasmus en Alemania, Eligia y Amaya establecieron un compromiso: que todos los días escribirían en un diario muy personal sus vivencias, emociones y sensaciones. Así, Amaya cumplió su palabra y cada día su profesora también aportaba sus comentarios a los relatos de Amaya. “Es un diario que no aspiraba a nada más que a normalizar la situación de una estudiante con Síndrome de Asperger en la Universidad”. Ahora, estudiante y profesora han decidido que su experiencia podría ayudar a otros estudiantes en su misma o parecida situación, y quieren que este diario vea la luz próximamente, publicándolo en papel. “Queremos que el dinero que se recaude por su venta sea destinado a costear estancias Erasmus como la nuestra en próximas convocatorias, y así, de paso, le damos visibilidad a esta realidad de muchos estudiantes universitarios”. Un gran acto de generosidad.