La lingüística forense: descubriendo las evidencias…
Cada persona tiene unas peculiaridades lingüísticas, únicas e intransferibles, que le delatan al expresarse, ya sea oralmente o por escrito. “Somos prisioneros de nuestro propio lenguaje” aseguran muchos expertos en lingüística que se dedican a identificar a los auténticos autores de notas o llamadas anónimas y que, en muchos casos, son cruciales para identificar a delincuentes o asesinos.
La lingüística forense es la interfaz entre la lengua y el derecho. Es el necesario aliado del mundo judicial y del ámbito de la jurisprudencia (abogados, jueces y fiscales). Es el instrumento imprescindible en la redacción de leyes y normas, en los procesos investigativos o probatorios, en la búsqueda de la verdad durante los interrogatorios y declaraciones de presuntos culpables.
Los expertos en lingüística forense son, en la actualidad, los profesionales especializados en descubrir las evidencias gracias al lenguaje.
Las I Jornadas Internacionales de Lingüística Forense celebradas recientemente en la ULPGC, coordinadas por el profesor Salvador Benítez y organizadas por los profesores Víctor González, Agustín Darias y Pedro Alemán, han evidenciado que se abre todo un mundo de posibilidades para los graduados en titulaciones como Lengua Española, Lenguas Modernas o Traducción e Interpretación, entre otras. “Organizamos estas jornadas con un claro fin pedagógico destinadas a un público general y especializado para lo que invitamos a expertos de muchas áreas relacionados con la lingüística forense y nuestra sorpresa fue que todos coincidían en que existe un vacío en el mundo laboral que demanda este tipo de expertos”, explica el profesor Salvador Benítez.
La gran acogida de las jornadas, que atrajo a más de 300 estudiantes y público en general, también confirmó que este campo laboral es especialmente atractivo para futuros egresados, que necesitan de una especialización formativa. “Y este es uno de los retos más inmediatos que queremos afrontar: proponer un experto o Máster en Lingüística Forense de la ULPGC”.
Y es que la lingüística forense se centra en tres aspectos formativos que pueden ser los tres ámbitos de trabajo de estos expertos: el lenguaje del derecho; el lenguaje en los procesos judiciales; y el lenguaje evidencial o probatorio. En los dos primeros, los expertos se especializan en la jerga jurídica y en su ‘traducción’ social, así como en el lenguaje utilizado en las salas de justicia o en los interrogatorios de causas judiciales.
Sin embargo, uno de los campos más atractivos entre los estudiantes es el denominado ‘lenguaje evidencial o probatorio’, donde tienen especial protagonismo los peritos caligráficos, que son los expertos en identificar falsificaciones de firmas y documentos; o el perito lingüístico, que analiza los estilos de escritura en los textos para comprobar si el autor es el que dice ser, según sus elementos recursivos o el empleo de determinados adjetivos, entre otros.
También se sitúan en este ámbito de la lingüística forense los denominados psicólogos forenses, que analizan el lenguaje verbal, aquellas ‘microexpresiones’ que son “delatantes” y que detectan una cierta actitud por parte del hablante. Gracias a profesionales y expertos de la lingüística forense se han esclarecido miles de casos de secuestros y asesinatos en el mundo, analizando las llamadas anónimas, en el interrogatorio de un presunto culpable o determinando el estilo de un escrito y comparándolo con otros. Porque la lingüística forense nos delata.