El gas radón: un enemigo invisible para la salud

A pesar de ser un gas poco conocido, la incidencia ambiental del gas radón en el mundo ha sido objeto de estudio en las últimas décadas debido a que sus efectos son adversos para la salud de los seres humanos. En concreto, este gas predomina en el aire que se respira en zonas más rocosas, “y penetra en las edificaciones, a través de grietas de los cimientos, por huecos de paredes e, incluso, por las propias cañerías de los cuartos de baño, así como por difusión a través de los cerramientos en contacto con el suelo”, explica Jesús García Rubiano, director del Departamento de Física de la ULPGC y miembro del Grupo de Investigación en Interacción Radiación-Materia.

“El gas radón penetra en las edificaciones a través de grietas de los cimientos, por huecos de paredes e, incluso, por las propias cañerías de los cuartos de baño”

Además, se ha evidenciado que otro gran foco del radón se origina en algunos materiales utilizados en la construcción de vivienda, “especialmente en cementos de bajo coste y calidad realizados a base de escorias de la industria metalúrgica, cenizas de centrales térmicas o productos derivados de industrias de fertilizantes, que poseen un mayor contenido de elementos radiactivos”, señala García Rubiano. Y es que se estima que la concentración de radón en el interior de un edificio crece en función de la porosidad de los materiales utilizados en su construcción.

“En este sentido”, explica Jesús García Rubiano, “las concentraciones elevadas de radón en interiores de hogares y lugares de trabajo representan un problema de salud pública, ya que este gas es responsable de aproximadamente el 50% de la dosis de radiación natural debido a las radiaciones ionizantes”. Es por ello que se le considera un “enemigo invisible para la salud”.

La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) considera que el radón es la segunda causa más importante de cáncer de pulmón después del tabaco. Por eso es tan importante medir las emisiones de radón en edificios y zonas geográficas puntuales, y así detectar aquellas que necesitan de métodos y actuaciones que reduzcan los niveles de concentración.

Estudios de radioactividad en Canarias

En los planes de acción y cartografías estatales que identifican las áreas más propensas al radón en España, se evidencia que las islas de Gran Canaria y Tenerife tienen un alto potencial, y el resto de las islas figuran con bajo riesgo.

Desde el año 1992, el grupo de Investigación en Interacción Radiación-Materia (GIRMA) del Departamento de Física de la ULPGC comenzó a realizar, en el marco de algunos convenios con cabildos y ayuntamientos, estudios previos sobre radiactividad gamma ambiental en Gran Canaria, Fuerteventura  y Lanzarote. A partir de 2008 y con financiación de proyectos competitivos del plan de I+D del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) y del Gobierno de Canarias a través de la Agencia Canaria de Investigación, el grupo de expertos de la ULPGC ha desarrollado un estudio global de la radioactividad ambiental en las Islas Canarias Orientales, que ha formado parte de los resultados obtenidos en el Mapa de Radiación Natural de España.

Y en el año 2012, el grupo GIRMA ha continuado los trabajos sobre la caracterización radiológica de las Islas Canarias orientales realizando un muestreo de la distribución de radón en suelos y en viviendas de las islas.

Sus resultados han contribuido a un avance en el conocimiento del medioambiente radiológico de las islas de Lanzarote, Fuerteventura y Gran Canaria, y son esenciales para establecer las zonas de riesgo que pueden ser especialmente negativas para los seres humanos y cómo combatirlas.