Labios que revelan la intensidad de las emociones
El análisis facial del ser humano está permitiendo desvelar algunas de nuestras emociones más usuales: si mentimos, si tenemos miedos, si estamos tristes o contentos o si, únicamente, sentimos desprecio por alguien, por ejemplo. La cara es el reflejo del alma, sin duda. Y los algoritmos matemáticos nos ayudan a comprobarlo.
Desde la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, y concretamente desde el Instituto Universitario de Investigación para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación en Comunicaciones (IDeTIC), el acreditado a catedrático Carlos Travieso estudia desde hace muchos años los comportamientos gestuales del ser humano y, recientemente, uno de sus últimos proyectos ha sido reconocido y premiado por la Cátedra Telefónica de la ULPGC. Se trata de detectar la ‘carga emocional’ de una persona mediante el movimiento de sus labios, con el fin de ayudar en el diagnóstico de enfermedades neurodegenerativas. Carlos Travieso señala que el estudio de las emociones ha sido motivo de trabajo científico en los últimos años, “pero la ‘carga emocional’ o, lo que es lo mismo, la intensidad en la que se manifiesta a partir del movimiento labial, no ha sido estudiada hasta el momento, y nuestro método permite su cuantificación”.
El trabajo científico se inició el pasado año tras la colaboración permanente que desde hace mucho tiempo mantiene el IDeTIC con la Universidad Tecnológica de la República Checa. “Allí, en ese país, los médicos especialistas en enfermedades neurodegenerativas como el parkinson o el alzheimer, estudian a sus pacientes grabándoles las caras cuando acuden a sus consultas, para identificar algunos rasgos físicos de sus emociones y determinar si la enfermedad evoluciona o está estancada”, explica el investigador de la ULPGC. Así que, en este diagnóstico y análisis de los pacientes, recurrieron a los investigadores del IDeTIC para que les idearan un modelo de detección de la ‘carga emocional’ de los enfermos leyéndoles, mediante algoritmos, sus labios. “En este caso, no nos importaba la emoción que el paciente expresara, sino la intensidad con la que la demostrara, porque está confirmado que lo enfermos de alzheimer, por ejemplo, evidencian con el desarrollo de la enfermedad, una pérdida de la intensidad de las emociones, con un hablar más pausado”. ¿Y cómo se cuantifica esta pérdida con el método ideado en el IDeTIC? “Principalmente, midiendo la apertura de la boca del paciente, en el momento de hablar”, explica Carlos Travieso. Y es que los enfermos neurodegenerativos abren muy poco la boca, debido a que su grado de emoción es muy bajo.
Así, el médico, tras varias consultas con su paciente, podrá obtener una gráfica en la que se establecen sus niveles de intensidad en la emoción: bajo-medio-alto. Unas pruebas diagnósticas que son muy clarificadoras para el especialista, y que se complementan con otras manifestaciones del cerebro que se detectan mediante resonancias.
Patente en la ULPGC
Este nuevo método ya ha sido patentado por la ULPGC, tras haber sido validado clínicamente con más de cincuenta pacientes. Ahora, el equipo de Carlos Travieso, en el IDeTIC, quiere añadir nuevas herramientas tecnológicas para ‘medir’ otras señales físicas de estos pacientes. “Este modo de diagnóstico puede integrarse en un modelo multimodal, en donde también identifiquemos la evolución de una enfermedad a través de los trazos manuscritos de un paciente o analizando otras señales fisiológicas como el flujo de su respiración”. De esta manera, los algoritmos podrán traducir lo que cerebro quiere decirnos, “manifestándose mediante nuestro cuerpo”.
El campo de la medicina cuenta, así, con nuevos aliados tecnológicos en el diagnóstico de enfermedades neurodegenerativas que afectan a un amplio colectivo de la población mayor.