El robot que descubre firmas falsas
El objetivo es recrear la firma exacta, como si de un brazo humano se tratara. De este modo, la ‘máquina’ imita los gestos que realizaría cualquier persona al estampar su firma y comprobaría si dicha firma es genuina o, de lo contrario, se trataría de una falsificación.
Cada persona tiene “un baile” distinto en su mano a la hora de escribir, y, por tanto, de rubricar su firma en cualquier documento. Este “baile” al que se refiere el investigador Moisés Díaz, que actualmente trabaja en la Universidad del Atlántico Medio y colabora con la ULPGC en un proyecto científico novedoso, es el que marca la diferencia y se constituye como uno de los elementos que detectan la veracidad de una firma.
En el Instituto Universitario IDeTIC de la ULPGC ya se estudia y trabaja desde hace años en biometría, es decir, en la medición de parámetros fisiológicos o del comportamiento humano que verifican algunas cuestiones, como, por ejemplo, la veracidad de una firma. Así, en este instituto, surgió la idea de contemplar la creación de un brazo robótico que imitara el movimiento de un brazo humano y, a partir de este trabajo, se procediera a minimizar la tasas de error al analizar la falsificación de una firma. El profesor e investigador de la ULPGC, Miguel Ángel Ferrer, fue el impulsor de esta idea, para la que ha contado con el apoyo de Moisés Díaz, profesor de la Universidad del Atlántico Medio; y del profesor José Juan Quintana, experto en robótica de la ULPGC. Se trata, por tanto, de un trabajo científico de colaboración entre dos universidades canarias que ya ha dado sus primeros resultados. “Analizando el trazo de la firma con este brazo robótico ya hemos disminuido la tasa de error en un 10%, dado que las otras aplicaciones utilizadas anteriormente obtenían resultados con un índice de error bastante alto”, explica el profesor Miguel Ángel Ferrer.
¿Cómo lo han conseguido? A partir del análisis del movimiento de un brazo humano y aplicándole a dichos movimientos unos parámetros que el software detecta como movimientos naturales o, por el contrario, como movimientos forzados. “Con el brazo robótico analizamos dónde está el bolígrafo, qué articulaciones del brazo se mueven y la velocidad en la que se ha hecho la firma”, explican los investigadores. Así se calcula, finalmente y mediante distintas fórmulas matemáticas, los ángulos de movimiento del brazo y se confirma si la firma es genuina o falsificada. Los resultados obtenidos “son muy competentes a nivel internacional con respecto a otros sistemas de verificación internacionales”, pues la reducción del índice de error es significativa, aunque no suficiente para estos investigadores universitarios.
“Con el brazo robótico analizamos dónde está el bolígrafo, qué articulaciones del brazo se mueven y la velocidad en la que se ha hecho la firma”
“En la actualidad, hemos conseguido imitar las articulaciones de un brazo y sus movimientos con este robot, pero, si te fijas, se trata de un ‘muñón’, al que le falta la mano, en la que hay más articulaciones que podríamos analizar”, comenta Miguel Ángel Ferrer. “Ahora vamos a incorporar esa mano e incluir con ella nuevos parámetros que nos permitirán aumentar aún más la tasa de éxito, ya que con ella detectaremos el movimiento de la muñeca, los dedos y sus falanges”.
Con este brazo robótico mejorado no solo se mostrará si una firma es verdadera o falsa, sino que también se podrá identificar a la persona que realizó la firma: el famoso “baile” de la mano que nos delata. Para ello, los investigadores se han estado documentando con peritos judiciales que les han apoyado en esta investigación.
Aplicaciones reales y repercusión en la docencia
El nuevo proyecto científico que se está desarrollando en la ULPGC podrá ser de aplicación en muchos ámbitos. “Los bancos o comercios podrán verificar que quién firma es quién dice ser que es”. De hecho, se trata de un software que podrá verificar cualquier escrito ante cualquier administración y será una herramienta especialmente útil en el campo de la seguridad.
Pero los investigadores también destacan la repercusión de este trabajo científico en su docencia. “Somos defensores de la investigación como elemento que supone una mejora en la docencia”. Este proyecto les ha permitido diseñar prácticas muy concretas en la asignatura de Control de Robots del área de Ingeniería de Sistemas y Automática, implantado, así, en el aula una docencia más innovadora.