Los valores de la economía social ‘superan’ la pandemia

05/04/2021
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Los valores de la economía social ‘superan’ la pandemia

grafico economia social¿Sabía que existen las denominadas ‘empresas de economía social’? Aquellas que priman el bienestar colectivo de sus trabajadores y de su entorno frente al beneficio económico. Son empresas con valores sociales. Unos valores que, según los últimos informes económicos, han sido la clave para su subsistencia como empresas en la mayor crisis mundial del último siglo.

La Confederación Empresarial Española de la Economía Social ha destacado en su último informe que el 80% de las empresas de economía social en España han superado la crisis económica producida por el COVID-19, evitando la destrucción de puestos de trabajo o los expedientes de regulación de empleo. Y es que las empresas de economía social no son solo “buenas personas haciendo buenas cosas”, sino, además, como cualquier otra empresa, velan por su viabilidad económica, aunque siempre primando el bienestar de las personas, por encima de su rentabilidad. “Son las grandes desconocidas del mundo empresarial, a pesar de estar constituidas como cualquier otra empresa o negocio rentable”, explica la profesora de Organización de Empresas de la ULPGC, Inmaculada Galván.

Sin embargo, la pandemia sufrida en todo el mundo las ha puesto en el ‘punto de mira’, realzándolas como los negocios más sostenibles y con mayor proyección en la igualdad de género. Y es que en España, y concretamente en Canarias, existe una larga tradición de este tipo de empresas. Un ejemplo claro son las 26 Cofradías de Pescadores del Archipiélago, o las cooperativas agrarias. “Son empresas que aglutinan a varios socios, como es el caso de las cofradías, que venden de forma común los pescados y que después reparten el beneficio de forma justa y equitativa entre todos”, explica Inmaculada Galván.

"La pandemia sufrida en todo el mundo ha realzado las empresas de economía social como los negocios más sostenibles y con mayor proyección en la igualdad de género"

“Los valores sociales están en el ADN de estas empresas, pues toman decisiones democráticas que velan por el bienestar de todos sus miembros y, además, entre sus principios también se encuentra generar un impacto social positivo en su entorno”. Estos valores sociales han contribuido a la subsistencia de muchas de estas empresas en los países occidentales “y que la pandemia no haya sido devastadora con ellos”, pues han primado un reparto equitativo de los beneficios, a pesar de verse disminuidos con respecto a años anteriores, antes que el despido de los empleados.

También ha sido clave su solidaridad con el entorno y las circunstancias. Muchas de ellas, según la Confederación Española de Economía Social, se han reinventado en época de pandemia para contribuir a paliar los efectos negativos de esta. Así, readaptaron su producción para fabricar millones de mascarillas y equipos de protección sanitaria, crearon y aseguraron el abastecimiento de productos de primera necesidad, medicalizaron hoteles, atendieron a los colectivos de personas más vulnerables, y donaron más de 100.000 kilos de alimentos.

En el caso de Canarias, muchos mercados municipales, que son otro ejemplo de empresas de economía social, “dieron prioridad a las personas, dignificando los puestos de trabajo, sin entrar a utilizar la figura del ERTE como única solución, a la vez que atendían a las necesidades de los consumidores, cumpliendo con uno de sus valores fundadores de generar cohesión social y local ”.

La gran alternativa del emprendimiento femenino

Además, la economía social se ha convertido, en este año de pandemia, en una alternativa laboral de emprendimiento social para muchas mujeres. “Mujeres de todos los países del mundo han optado por generar empresas de economía social para crear su propia fuente de ingresos, en estos momentos trampolin solidariodonde el desempleo y la pobreza se quiere instalar en las economías domésticas del mundo”, señala la profesora Inmaculada Galván. Existen varios ejemplos de ello: las mujeres de Oaxaca (México), que desde el 2019 comercializan su propia marca de cerveza CAPUCHA, en una cooperativa de mujeres cerveceras 100% oaxaqueñas, abriéndose paso en la industria y luchando contra el desempleo de la zona. O las mujeres de la región de Imsouane en Agadir, que gestionan una cooperativa femenina de mujeres bereberes para la extracción y comercialización del aceite de argán para las empresas de cosméticos.

Concretamente en España, en las cooperativas de trabajo asociado, el 54% de los puestos de mando o de dirección están ocupados por mujeres. “En Canarias contamos con empresas de inserción laboral como, por ejemplo, Trampolín Solidario, gestionada al 100% por mujeres, cuyo objetivo es conseguir la inserción de personas en riesgo de exclusión social, que, a su vez, mayoritariamente son mujeres”, destaca Inmaculada Galván. Otra experiencia resaltable es la de SAT FAST, la mayor empaquetadora de plátanos de Canarias, que, desde su forma jurídica dentro de la economía social, “fomenta la integración de la mujer no como un ‘lavado de cara’, sino porque cree que la inversión en ese aspecto mejora el desarrollo local, y trae cohesión social, tanto desde dentro, pero básicamente desde fuera y con relación, entre otros, con sus proveedores”.

Promoviendo los valores de la economía social en la ULPGC

Las profesoras de Derecho Mercantil y de Organización de Empresas de la ULPGC, María del Pino Domínguez Cabrera e Inmaculada Galván Sánchez, llevan algunos años abordando el papel de la economía social en el sector empresarial, desarrollando diferentes actividades de promoción de la economía social, colaborando con la Cátedra de Economía Social y Cooperativas de la Universidad de La Laguna y el Espacio Violeta de la Biblioteca Universitaria de la ULPGC.

Gracias a ellas, la ULPGC forma parte de la Red Universitaria Eurolatinoamericana de Economía Social y Cooperativa (Rulescoop), que impulsa los valores de la economía social desde el ámbito universitario mundial.

También, desde la ULPGC, “hemos trabajado con algunas empresas canarias que deciden conformarse como cooperativas, y hemos asesorado a muchos jóvenes para que opten por este tipo de empresas desde el emprendimiento”, explican. Y es que las empresas de Economía Social gozan de algunas ventajas fiscales con respecto a los beneficios corporativos, con el objetivo de poner en valor el impacto social en determinados grupos de población, que, de por sí, ya son factores intrínsecos en este tipo de empresas.

Además, ambas profesoras se encuentran inmersas en la actualidad en el análisis de los valores emprendedores de los estudiantes de últimos cursos de titulaciones universitarias. “Es un estudio que nos permitirá acercarnos a la innovación social y a las empresas sostenibles, como uno de los pilares fundamentales de la formación de nuestros egresados, tan demandada en estos momentos por la Unión Europea”.