Terrorists Go Home
• El objetivo del terrorista no es obtener el mayor número de víctimas, sino el mayor número de espectadores
• Si la severidad de un ataque terrorista deprime la demanda turística a corto plazo, la frecuencia de los ataques produce un efecto que puede llevar a un colapso total del destino turístico
El turismo está asociado con placer y ocio, y el riesgo es visto como algo que debe evitarse o esconderse como una amenaza potencial. Pero turismo y riesgo están inherentemente relacionados, el turista se enfrenta a riesgos desde que comienza a organizar su viaje, cuando compra un vuelo o reserva el alojamiento necesariamente está corriendo un riesgo. Una vez llega al destino se enfrenta tanto a riesgos directos como indirectos.
De entre todos los riesgos que podemos encontrar en destino, el terrorismo es hoy en día, el principal problema al que se enfrentan las autoridades y gestores de un destino turístico, causa un efecto negativo mayor que cualquier otro riesgo causado por el ser humano o la naturaleza. Los actos terroristas en los destinos turísticos no son coincidencias, son actividades planeadas. Los terroristas eligen a los turistas como objetivo no solo porque representan “otra” ideología sino para obtener mayor atención mediática y dar a conocer su causa. Cuando los turistas son víctimas, la situación es instantáneamente magnificada por los medios de comunicación y el conflicto político entre los terroristas y el país se transfiere a una escala mucho más amplia de atención internacional. El objetivo del terrorista no es obtener el mayor número de víctimas, sino el mayor número de espectadores.
En las últimas décadas, la frecuencia de los actos terroristas tiende a ser mayor en las zonas económicamente más desarrolladas, cerca de las grandes ciudades y dentro de los países democráticos. Estamos viviendo en la era de los viajes y existe una tendencia hacia un número cada vez mayor de vacaciones más cortas y más frecuentes en lugar de unas únicas vacaciones principales por año. La proliferación de las TICs, está contribuyendo al aumento de la popularidad del turismo urbano, el cual está experimentando un potencial de crecimiento continuo. Según datos del European Cities Marketing Benchmarking Report (2018), en ciudades como Londres el número de pernoctaciones en 2017 aumentó en un 4.7% (79.867.355) con respecto al año anterior, Paris 9.3% (48.110.071), Madrid 6.4% (19.263.602), Estambul 12.4% (17.256.265), Ámsterdam 13.4% (15.857.000), etc. El turismo urbano está en auge y se distingue de otros tipos de turismo porque las ciudades tienen una alta densidad de ofertas culturales diversas en un área relativamente pequeña y atraen a diferentes tipos de turistas. Pero, las ciudades ofrecen una confluencia única de vulnerabilidades -como nodos de capital, flujo humano y sitios de espectáculo culturales- que trabajan en beneficio del terrorismo radical bien orquestado y planificado.
Sin embargo, las estadísticas muestran que Europa Occidental es más segura que nunca. Según el Global Terrorism Database a finales de los 90 en Europa Occidental se producían más de 190 víctimas anuales por actos terroristas, desde entonces solo en 2 ocasiones se han superado las 100 víctimas mortales, en París (2015; 132 víctimas) y Madrid (2005; 191). El atentado de Londres (2004; 56) también fue especialmente cruel. Pero por lo general, los turistas toman sus decisiones de viaje basadas en percepciones y no en la realidad ya que el riesgo puede ser tanto percibido como no percibido. El riesgo percibido normalmente influye en las decisiones del consumidor, incluso si no existen en la realidad. Sin embargo, el riesgo no percibido no afecta al comportamiento, aunque sea real y tangible.
Es importante que las organizaciones empresariales y los gestores de los destinos por separados o en colaboración establezcan estrategias eficaces para proyectar una imagen de seguridad en el destino. Si la recesión del turismo después de un ataque terrorista es bastante normal, mientras que la severidad de un ataque terrorista deprimirá la demanda turística en el corto plazo (seis a nueve meses después), la frecuencia de los ataques terroristas produce un efecto duradero que en ocasiones puede llevar a un colapso total de un destino turístico. El terrorismo global es barato, requiere poca mano de obra, capta la atención del mundo y da a los débiles la capacidad de aterrorizar a los fuertes. Su objetivo es desestabilizar la sociedad y hay que combatirlo con estrategias que al mismo tiempo mantengan los valores de las sociedades pacíficas, libres y abiertas.
Firma:
Rita Carballo es profesora asociada laboral en la ULPGC e investigadora en el Instituto de Turismo y Desarrollo Económico Sostenible.