Toca mirar a las Universidades

01/10/2019
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Toca mirar a las Universidades

En los últimos días de septiembre hemos celebrado el acto académico de inicio del curso 2019-2020 en el que es tradicional que el Rector en su discurso desgrane los temas de mayor trascendencia para el presente y futuro de las Universidades y, en particular, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.

Por primera vez en este tipo de actos se ha podido saludar a nuestro Rector homólogo en la Universidad de La Laguna, en este caso a la Rectora Rosa Aguilar, como a un egresado de nuestra ULPGC ya que es Licenciada en Informática, titulación ya sustituida por la de ingeniería informática. A ella le he reiterado nuestro deseo de mantener y renovar el clima de colaboración institucional que los dos hemos recibido de nuestros predecesores. La ULL y la ULPGC son dos instituciones prácticamente gemelas en estructura y complementarias en el servicio que prestan a las ocho Islas Canarias, por lo que debemos seguir trabajando en un clima de colaboración y competencia sana por la mejora de nuestra sociedad en el contexto universal.

En esta ocasión, el tema central de mi discurso para este acto lo he tomado de la temática general de los foros de responsables universitarios de España y Europa. Este año, las universidades europeas nos hemos ocupado de la gestión del talento en la sociedad del SXXI que está fundamentada en el conocimiento y la innovación, en un contexto de profunda transformación digital.

La gestión del talento con el objetivo de impulsar el desarrollo económico, no solo implica la retención de ese talento, que es donde normalmente se pone el foco, sino que también incluye la atracción del mismo, lo que obliga al desarrollo de un  polo atractivo e integrador y afecta no solo afectan a las instituciones académicas, sino también al tejido empresarial y a las autoridades locales. Si perdemos talento es porque no somos atractivos.  Desde la perspectiva universitaria, podemos mejorar algunas de nuestras facetas de desempeño, aunque solos no lo podremos conseguir.

La formación universitaria de calidad es fundamental para retener y atraer talento. Nuestra estrategia para una oferta universitaria de calidad se ha centrado en dos pilares: la acreditación del sistema de evaluación del profesorado y la acreditación institucional de los centros. Sin embargo, todo este esfuerzo que hacemos en la acreditación institucional solo sirve, a día de hoy, para simplificar la acreditación de los títulos y aliviar la excesiva burocracia que exige el procedimiento cuando se tiene que hacer titulación a titulación. El valor añadido de este esfuerzo que hacemos vendría si una reforma universitaria definiera la acreditación de toda la universidad: es decir, que la acreditación institucional de los centros  conduzca a la acreditación de la universidad en su conjunto, de forma que las universidades acreditadas, por haber adquirido esta condición, queden autorizadas a la implantación de los títulos que consideren. De esta manera, podríamos poner en marcha programas formativos de manera inmediata, sin el enorme retraso que sufrimos al tenerlo que hacer a través de las agencias de calidad, demorando un año o dos la implantación de un título.

Para atraer y retener talento investigador necesitamos un Plan Canario de la I+D que marque el rumbo y que se cumpla, independientemente del color político del gobierno de nuestra región o del color del gobierno nacional; una Agencia Canaria de Investigación independiente, con presencia de las universidades y representada en los órganos de coordinación de la Agencia Nacional y del CDTI (Centro para el Desarrollo Tecnológico e Industrial); que el Gobierno Canario nos ayude a encontrar nuevos modelos de atracción de talento como el modelo pionero ICREA de Cataluña o el IKERBASQUE para la aceleración de la contratación de investigadores de excelencia -una inversión de escasamente 1 M€ para arrancar-.

Las Universidades transformamos “la nada” en conocimiento mediante la investigación y estamos decididos a cerrar el círculo, convirtiendo ese conocimiento en economía con su transferencia al sector productivo. Todo el mundo es capaz de innovar, pero la innovación de base científica y tecnológica, la más rentable en términos económicos, solo es posible a través de la investigación.

En resumen, en las universidades se forman los cuadros profesionales básicos que conforman y mantienen la actividad social:  profesorado, personal cualificado de la administración, profesionales de la ingeniería, la arquitectura, o la salud…. Si no hay formación de calidad, no habrá profesionales, si no hay profesionales no habrá servicios.  

Las universidades hemos mantenido durante estos años una posición solidaria, conscientes de que había otras necesidades, pero estamos llegando al punto de no retorno (como sucede lamentablemente con en el clima) en el que, de no asistirnos con la suficiente financiación, no podremos abastecer los sectores sociales a los que normalmente se presta mayor atención política.

Toca mirar hacia las universidades como ya están haciendo otras comunidades autónomas, lo necesita la sociedad.

 

Firma:

Rafael Robaina es el Rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria.